lunes, 11 de julio de 2011

Cuadernillos de verano

(foto:http://miclase3a.wordpress.com/)


Estoy a un par de semanas de comenzar mis vacaciones y hay recuerdos que aún me dan escalofríos de la cabeza a los pies.
Llegaba el momento del verano, en el que dejabas olvidados los madrugones para ir al cole, a los profesores, los exámenes y especialmente los deberes. O eso creíamos.
Un par de días después, cuando ya empezabas a acostumbrarte a estar tumbado a la bartola rascándote la barriga, aparecía tu madre con la pesadilla debajo del brazo: Vacaciones Santillana.
Creo que desde entonces me cuesta leer un libro de esta editorial, es como un trauma infantil.
Los dichosos cuadernillos llegaban para romper tu relajación estival con problemas matemáticos, dictados y ejercicios de caligrafía. 
Lo de la tortura infantil hay que mirarlo seriamente.
Eso sí, jamás terminé un cuadernillo  completo. Los primeros días empezaba cumpliendo la tarea religiosamente hasta que poco a poco iba cuajando la táctica del despiste. Las madres en verano se relajan. 
De un momento a otro espero que aparezca mi jefe con unos cuantos cuadernillos debajo del brazo y expresión malévola en el rostro. 
El otro día recibí una nota de prensa de Santillana y se me hizo un nudo en el estómago. 
Así que voy a intentar la táctica del despiste en el trabajo, a hacerme el huidizo por los pasillos, no vaya a ser que no me libre y me encasqueten unos cuantos deberes para el verano.