lunes, 31 de octubre de 2011

Cálida luz en la ventana


Su rostro se tornó taciturno ante una partida no anunciada.
Como unas hojas secas que olvidan el olor de la brisa,
como la noche en ausencia de risa,
como una caricia ausente en su memoria no pronunciada.
Espió a las noches protegida por las nubes para huir de las estrellas.
Deseó ser agua para recorrer el río de sus pasos,
para descender contracorriente por lo abrupto de su espalda,
para no cortar el aliento desprotegido sin su calma.
Imploró a la oscuridad al no encontrar la huella de sus pasos.
Se quedó inmóvil, descalza de recuerdos y de abrazos.
No escuchó su nombre entre las sombras,
sólo ausencia.
Tiritó de frío en el descenso de sus lágrimas por la redondez de sus mejillas,
saboreó el salado gusto de sus miedos transformados en un mar de pena.
Le sorprendió el amanecer con la angustia entrecortada,
con los brazos vacíos de un cuerpo a los que asirse,
sin desgaste físico pero cansada.
Descubrió que su ausencia no era soledad,
sino la posible felicidad en presencia de otros.
La vida no se termina cuando una historia acaba,
siempre hay un nuevo amanecer,
otra calidez reflejándose en el cristal de la ventana.

sábado, 29 de octubre de 2011

Al otro lado del espejo

Llega el día de Todos los Santos, una tradición unida al misterio y a muchos enigmas que desde siglos han recorrido los caminos de nuestro país. Nuestra cultura se mezcla con otras tradiciones que llegan de otro continente y aportan un ingrediente más cinematográfico y festivo a una noche dedicada al miedo.


viernes, 28 de octubre de 2011

El vals de las neuronas economizadas


Prometo que lo intenté. Eso que vaya por delante.
Hice el esfuerzo de leer la sección de economía ayer y nadé durante un rato hasta acabar muriendo en la orilla.
La letra E (mayúscula), en negrita y al menos 14 puntos Times New Roman, me miró con ojos de incredulidad al vislumbrar mis intenciones, y terminó desternillándose con las dos letras siguientes hasta lograr un eco irrisorio bastante humillante.
Creo más en David el Gnomo que en los bancos y cajas de ahorros.
Él nunca me ha cobrado una comisión inexplicable, ni me quita ni me pone décimas en mi cuenta corriente. Digo décimas y no ceros, ya que esos redondeles que finalizan las cifras suelen brillar por su ausencia.
No entiendo de índices bursátiles, ni de primas de riesgo, ni de IBI, IRPF, PIB, IVA, BCE, GTI, LCD, ni la madre que les trajo.
Abro la cartera y la economía es lo que llevo encima. Lo que mi disminuyente cuenta bancaria me solloza y suplica. Lo que me cuesta comprar un kilo de fruta que es tan buena para la salud pero tan mala para el bolsillo.
Hago el intento profesional y el ejercicio periodístico de no saltarme la sección de color salmón, pero es que acabo con escozor de coco y obnubilado con el vals que se marcan agarradas mis neuronas al son de una música exclusiva del interior de mi cabeza.
Soy un economista de mi casa, excéptico de la entidades bancarias y de los banqueros engominados.
Voy a hacer el esfuerzo a ver si lo termino logrando, a ver si soy capaz de leer la sección entera. Aunque será otro día, ya suena la música, silencio, las neuronas están bailando.

jueves, 27 de octubre de 2011

Bien parece lo bien hecho


Prefiero pensar que los remordimientos no son buenos.
A pesar de saber que lo hecho en algunas ocasiones, no es plato de buen gusto, o se hace por obligación más que por ganas, es preferible para la tranquilidad personal tragar un poco más pero hacer lo correcto.
Tendemos a fijarnos en lo que hacen los demás para fundamentar o justificar lo propio.
Todos sabemos que es mal negocio basar nuestros actos en los del prójimo y de verdad creo que a la larga tiene su recompensa hacer las cosas bien.
Merece la pena dormir tranquilo, aunque cueste un poco más.
Tarde o temprano llegan las recompensas de lo bien hecho.
Porque lo molesto, puede a la larga ser más beneficioso de lo que parece.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Ropa tendida en día de lluvia

(foto: Nacho López Llandres)

Hay días que amanecen lluviosos y de un tono gris que opacan al resto de colores que componen los amaneceres.
El agua cae del cielo liviana y menuda, casi imperceptible. Lluvia fina que cala hasta los huesos del que sale de casa sin nada que cubra su cuerpo y su cabeza al haber perdido la costumbre por el largo tiempo de sequía.
El único color son las prendas de vestir olvidadas en cuerdas viejas de raíles oxidados. Pernoctaciones obligadas por la mala memoria del que las dejó allí colgadas.
Ventantas que se visten con improvisados adornos textiles de tamaños y formas distintas.
Los días de lluvia también tienen sus colores, basta con levantar la cabeza y ver más allá de los charcos irisados por la mezcla de agua y aceite de automóvil.
Observar los pequeños detalles nos saca de la simpleza, nos aporta un prisma totalmente diferente.

martes, 25 de octubre de 2011

El gusanito de la montaña mágica


Conozco una pequeña montaña en la que no habitan grandes robles, sino pequeños arbolitos mágicos cubiertos de escarcha.
La hierba no son enormes pastos, sino diminutos tallitos verdes brillantes repletos de vida.
En su interior hay un pequeño gusanito acurrucado entre la tibia tierra que lo cubre y protege del frío que ya comienza.
Aún no puede salir a ver la luz del sol, pero le falta poco tiempo para abandonar su pequeño cobijo y descubrir lo que le espera fuera.
Se convertirá en mariposa y volará libre sin temer a nada de lo su pequeña montañita esconde más allá de sus fronteras.
Bastará mi temor para que mis manos hagan de caparazón mientras aprenda, hasta que sepa que el volar es ir más allá de los propios temores y de los miedos ajenos, que la vida es un todo por el todo y no basta con quedarse a medias.
Aprenderá con caídas, con sustos y sonrisas.
Yo observaré al gusanito convertido en mariposa con el orgullo del que sabe que no es posible controlar todas las cosas.
Mientras tanto, sigo regando la montañita con caricias, con besos y con palabras hermosas.

lunes, 24 de octubre de 2011

Mensajes publicitarios escalofriantes


Hay veces que estoy sentado delante de la televisión y se me ponen los ojos como platos soperos al escuchar los mensajes de ciertas publicidades.
Resulta que Movistar rebaja la autoestima y el amor propio a niveles nunca vistos, con tal de que alguien no abandone a otro. Pueden hacer todo lo que la otra persona diga. Aceptan madrugar, pasar frío, hambre, alergías, que se rían de tí, que se metan con tu hermana... sólo piden a cambio que "estés conmigo".
¿Qué tipo de humillación y falta de caracter y amor propio es esa?
Luego llega la niña del IKEA y anima a sus padres a dormir tranquilos cantando una especie de nana un tanto satánica, que dice que dentro de la casa no hay monstruos ni cosas raras, sólo almohadas que tienen alas.
¿Pero qué concepto de lo raro tiene esta criaturita?
Yo veo en mi casa una almohada con alas volando por el salón y no paro de correr hasta que llegue a Albacete.
No soporto que me grite la de Wipp Express, y nunca compraría un coche anunciado por Raphael.
Hablando de coches, el de la parejita que decide poner voces de doblaje en uno de ellos, mejor que se paguen un hotel o se dediquen a otro tipo de doblaje más acorde con sus gustos. Porno sadomasoquista.
Siempre he criticado la falta de originalidad en las ideas de los publicistas.
Afortunadamente, de vez en cuando, alguno nos sorprende con una aportación interesante y arregla el desaguisado del resto.
Aunque después aparece Pablito y sus 200 amigos con el mojón curioso, el niño repipi del Kinder sorpresa que parece que habla tosiendo, o la niña chucky de repsol enseñando los dientes, y el nivel vuelve al subsuelo.
Para terminar, un aviso: Padres de la niña de IKEA, tenéis derecho, pero yo que vosotros ni se me ocurría dormir tranquilo.

sábado, 22 de octubre de 2011

Al otro lado del espejo

¿A qué se deben los extraños círculos que se producen en algunos campos de cosechas?
Una cuestión que ha sido tomada como una cuestión extraterrestre, incluso levada al cine, nos plante muchas dudas científicas sobre cómo se produce este fenómeno en realidad.


viernes, 21 de octubre de 2011

Querer creer para poder


La libertad no debe ser algo negociable.
Las muertes no se ponen sobre una mesa, porque no son cartas válidas de la baraja democrática.
Quiero creer en el fin de ETA, de la banda terrorista despreciable y asesina que ha aterrorizado y sembrado dolor durante demasiado tiempo.
La mala gente no tiene credibilidad, siempre se intuye que están cruzando los dedos mientras hacen las promesas.
Pero queremos creer.
Creemos que un lugar mejor es posible.
Querer es poder y no hay maldad invencible.
La tierra vasca es un lugar maravilloso, de paisajes y personas dignas de conocer. Quizá por fin podamos hacerlo sin miedo.
Son mucho los que se han quedado por el camino, muchos los asesinados a sangre fría por estos seres despreciables, desfasados y pasados de moda.
Por una vez las noticias se adivinan buenas, aunque haya que esperar.
Todos dudamos, pero queremos, y es lo más importante para convencernos de que el terrorismo ha llegado a su final.

jueves, 20 de octubre de 2011

El punto en la pared

(foto:Nacho López Llandres)

Miro fijamente una mancha en la pared.
Es un punto blanco, perfectamente visible a pesar de su pequeño tamaño.
A veces parece dividirse en dos.
Eso, o que de tanto mirarlo me pongo bizco.
El muro es amplio, pero únicamente me fijo en ese punto.
Irregularmente redondo. Agrietado. Rugoso.
Parece ser lo único que existe en la pared, en la habitación, en el mundo.
Absorto en su contemplación el resto de cuestiones pasan a un segundo plano y nada más parece estar presente.
Me he asustado al pensar que en mi fijación, el mundo entero podría haber desaparecido y tan sólo yo y ese punto en la pared quedamos en pie en el planeta.
He desviado la vista a la izquierda y he visto otro punto menor.
Debajo una linea, otro punto dos centímetros más arriba.
He descubierto que el muro está lleno de manchas e imperfeccíones.
Me he dado cuenta de que mientras sólo fijaba mi vista en un punto, me estaba perdiendo una amplia pared repleta de muchos de ellos.
He unido los puntos. Es una cara sonriente con una flor de colores.

miércoles, 19 de octubre de 2011

El ascensor fantasma


Tengo un ascensor que tarda más en ascender que un becario en un medio de comunicación.
La bajada es como un autobus de línea que va parando por todos los pueblos antes de llegar a la parada final, que es la estación.
Si algún vecino aprieta el botón cuando estás dentro, como es una máquina educada, para sin dudarlo a recoger al posible pasajero.
A veces ocurre que es un fantasma, otras que pongo la espalda en la puerta para que por el cristalito me vean pegado y piensen que la cabina va llena hasta los topes, y otras mañanas en las que voy muy dormido y me apeo en el primero convencido de que ya he llegado al bajo. Sí, entonces blasfemo.
Hay mañanas en las que me espera servicial en el 7º, y otras que debe estar en el subsuelo. Eso sí, cuando voy bajando las escaleras ya por el 5º le veo pasar con sonrisa burlona. Sí, entonces también blasfemo.
Hoy me esperaba puntual, casi me ha parecido oirle incluso un buenos días. Hasta que se ha parado en el 4º, en el 2º, y el 1º con pasajeros fantasma esperando.
Así que sí, he blasfemado, pero como no sé si los ascensores tienen madre, de poco sirve mentar a aquella cochina máquina que lo parió.

martes, 18 de octubre de 2011

Yo, mí, me, conmigo


Entender a las personas es un reto que cada día me seduce menos.
Lo de yo conmigo mismo y mis circunstancias no es una regla matemática, porque los hay que no son capaces de ser sin otros, o al menos sin nutrirse de los demás para no afrontar sus propios problemas.
La felicidad colectiva es imposible ya que siempre existe una voz discordante, porque  nunca llueve a gusto de todos, pero no por eso hay que matar al hombre del tiempo.
Ser capaz de disfrutar con lo propio implica un duro trabajo de no anhelar en exceso lo ajeno.
Con los años se aprende a que aquello que más se critica suele ser lo que más se desea.
No vales tanto como tanto tienes, sino que la valía es justamente proporcional a lo que disfrutas de tus logros personales.
No soporto los sermones laicos ni beatos, ya que las personas son libres de opinar sobre aquello que consideren oportuno mientras que no piensen que tienen la exclusiva de lo correcto.
La frustración mal canalizada se convierte en agresividad al hablar, en pérdida absoluta de la realidad más abrumadora que quizá sólo pretende tenderte la mano.
Las reglas del juego implican opinar de los problemas de los demás, acatando que ellos podrán hablar después de los tuyos.
Jugar limpio o no, depende de cada uno.
Pensar que el mundo entero está contra tí es lícito aunque nada bueno, probablemente esconda la realidad de que eres tú quien está en contra de todos ellos.

lunes, 17 de octubre de 2011

Indignación tras la barandilla


Sentí el bullicio de la calle y tomé posiciones detrás de la barandilla de la azotea que brindaba las vistas más indignadas.
Con los prismáticos se detalla el movimiento individualizado y con la cámara de fotos se capta el sentir global de una sociedad cansada.
El rumbo dejó de marcarse hace tiempo y las brújulas enloquecen sin un norte claro al que marcar, con la sensación de que un imán manipula las agujas que conducen hacia un camino en círculos.
Desde arriba, la panorámica permite ver con amplitud las cosas, sin necesidad de recuentos partidarios ni análisis partidistas.
Las capitales del mundo se funden en una sola ciudad que clama por una sociedad distinta, por unas oportunidades que son como un tren con retraso que nunca llega por mucho tiempo que te mantengas esperando en el andén.
Por más que se intente ascender, nunca se terminan los peldaños de la escalera.
La indignación se vive de maneras distintas, desde diferentes posiciones y puntos de vista.
Unos a pie de calle, otros unos metros más arriba.
Unos con pancartas, otros con cámaras y prismáticos.
Sintiendo lo mismo, la misma indignación, pero justo detrás de la barandilla, preguntándose hasta cuándo seguirá resistiendo el peso la escalera.

sábado, 15 de octubre de 2011

Al otro lado del espejo

Nos desplazamos hasta la isla canaria de El Hierro, para hablar de los sucesos que están teniendo lugar en los últimos días, con ese volcán activo debajo del mar.
Conocemos más sobre este fenómeno de la naturaleza.

viernes, 14 de octubre de 2011

Cooperantes

(foto: www.msf.es)

Admiro a las personas que dedican su vida a ayudar a los demás sin importarles las consecuencias o las cosas de su propia vida que puedan perderse por el camino.
A los médicos sin fronteras, voluntarios, cooperantes o misioneros, que recorren los lugares más castigados del planeta en cuanto a enfermedades y hambre se refiere, les presento mis respetos más profundos y sinceros por cada minuto que entregan de forma altruista.
Que nadie se confunda al leer esto, ya que no me refiero a petulantes o necesitados de reconocimiento público para sentirse mejor o creerse más importantes.
No estoy pensando en los que utilizan sus vacaciones para hacer una visita a algún país del tercer mundo, con la única finalidad de tener algo que contar a los demás y auto denominarse héroes, mientras cuelgan sus fotos en las redes sociales a la vista de todos.
No me refiero a los que para ayudarse a ellos mismos, intentan tapar sus desequilibrios emocionales formando parte de un grupo de voluntarios.
Mucho menos a los ricachones de cuna que utilizan la creación de una fundación o una ONG para blanquear su conciencia y su cuenta corriente.
No me gustan los niños de papá de vida resuelta, que declaran no querer reconocimiento, pero aparecen en todas las entrevistas de radio y televisión que pueden, renunciando con la boca pequeña a la santidad que se les atribuye, mientras aceptan un premio con la otra mano.
Hablo de personas que son raptadas en un país como Kenia. Dos médicos, españolas o de cualquier parte del mundo, que arriesgan el todo por el todo por algo en lo que muchas veces no pensamos los que cómodamente dormimos en grandes ciudades traga-almas.
Me refiero a la versión más positiva del ser humano. Esa que nos hace pensar, que a pesar de las circunstancias, no todo está maleado, perdido, ni mucho menos acabado.

jueves, 13 de octubre de 2011

Resistencia a lo imposible


Por naturaleza o quizá por un resorte escondido en algún recóndito lugar de mi cabeza, tiendo a rebelarme de forma instantánea cuando escucho decir que algo no puede hacerse porque es imposible.
Siempre me ha costado rendirme, pero mucho más cuando la explicación es un simple porque no.
No logro concebir que lo imposible no tenga motivo de serlo. Quizá sea utopía o falsa esperanza, pero siempre creo que si el camino directo está taponado, hay forma de rodear el obstáculo hasta llegar igualmente al punto de destino.
Me resulta imcomprensible la mentalidad de la gente que optan por bajar los brazos al primer contratiempo.
No se trata de milagros, ni de fe religiosa, sino de confianza y de empeño.
Creo firmemente en que todo rompecabezas puede resolverse.
Entre mis principales virtudes no se encuentra la paciencia, pero si la insistencia y la testarudez más ofuscada.
Todos podemos hacer aquello que nos proponemos si no olvidamos ni un sólo instante lo mucho que queremos lograrlo.
Pongo sobre la mesa el sí y guardo en el cajón el no se puede, porque no se puede y además es imposible.
Lo imposible, sólo tarda un poco más.

martes, 11 de octubre de 2011

Bajo el cielo azul


Bajo el cielo azul de una mañana cualquiera, la risa es más abierta si el pensamiento está repleto de recuerdos que aún están por suceder.
Un futuro presente que se encarga de llenar los pulmones de aire fresco y que al expirar lanza muy lejos los vapores rancios y olores fétidos de los desinteresados.
Los malos no son tan malos ni los buenos tan buenos, sobre todo si su actitud se adivina manipulada.
No importa, los unos como los otros dejan libre el espacio para que las nubes altas, transparentes y ligeras, dejen ver más allá de una luna que se resiste a irse a dormir y se convierte en mañanera.
No hace falta llevar paragüas si se confía en que no llueva.
Son inncesarios los chubasqueros si hace mucho tiempo que las tormentas  se hicieron pasajeras.
Bajo el cielo azul puede que hoy las horas sean algo especial, aunque pertenezcan a un día cualquiera, que no lo es, porque ella espera.

lunes, 10 de octubre de 2011

Acueductos

(foto:pucpr.edu)

El otro día mis órganos oculares sufrieron una desmesurada apertura, que produjo que el ojo derecho se saliera de la cuenca y el izquierdo de la casa colgada.
Resulta que el pasado viernes se puso en marcha un dispositivo especial de tráfico para el puente.
Que el miércoles sea fiesta y tomarse libre el lunes y el martes, nunca se le puede llamar puente. Hasta un arquitecto romano experto en acueductos sería capaz de identificar la diferencia insultante. Vini, vidi, aquaeductus est.
El común de los trabajadores de este país, nos hemos levantado hoy con la agradable sensación de una semana diferente. Siete días repartidos en tres festivos y cuatro laborales se aproxima a lo que todos podríamos entender como una buena semana.
Sin embargo, pensar que los hay durmiendo a pierna suelta, disfrutando de vete tú a saber qué bonito lugar y sin ápice de estrés, hace rechinar los dientes y tenerles un pelín de envidia cochina.
Como la envidia es muy mala y es más saludable el rollito de la paz interior, del pequeño saltamontes y esas historias, cambio el recelo por la propuesta amistosa con tendencia pelotera.
Admirados acueducteros de España; piedad de los esclavizados, un poco de por favor, y a ver si nos lleváis con vosotros a la próxima.

sábado, 8 de octubre de 2011

Al otro lado del espejo

Muchas son las predicciones sobre el fin del mundo, pero a lo largo de la historia, ha habido muchas que no llegaron a cumplirse. ¿Podemos pensar que son simples visiones sin sentido, o pueden ser una realidad cercana?


viernes, 7 de octubre de 2011

Desayuno de viernes con diamantes

El cine tiene la particularidad de dejar escenas que se convierten en símbolos, en mitos que perduran con el paso de los años.
No importa la calidad de la película, hay veces que las escenas puntuales superan el total del argumento.
Se cumplen 50 años del estreno de Desayuno con diamantes, y nada mejor que recordar la escena de apertura como ejemplo de que los años pasan pero conservan intactos los grandes momentos.

jueves, 6 de octubre de 2011

La maldad del menos listo

(foto:http://sparksflyhospitality.co.in/)

Muchas veces me ha hecho gracia comprobar cómo el más tonto hace cestos de mimbre mientras el resto le miran rozando la compasión y justificando que pierda así su tiempo.
El tonto es tonto y nunca se le suele hacer más preguntas.
No hay nada mejor en la vida que ser un tonto convincente.
Esos que casualmente se olvidan de su tontería en el momento preciso de hacer una maldad al que tienen al lado, esos son los buenos. No los genuinos tontos del pueblo, sino los miles de inútiles camuflados que pueblan nuestra sociedad en muchos puestos de trabajo.
Es una capacidad extraordinaria la de esconderse tras la tontuna para no realizar el trabajo correctamente, o irse de rositas cuando no les apetece comerse el marrón laboral de turno.
No se dejen engañar por su apariencia de tontos, realmente son tontos pero con el mínimo de inteligencia necesaria para sacar partido a su tontería.
Es decir, tontos para lo común y lo bueno, listos para hacer la maldad y perjudicar al resto con su incapacidad manifiesta.
A veces pienso si no serán listos en su totalidad, luego hacen algo, y mi pensamiento igual que a venido se evapora.


miércoles, 5 de octubre de 2011

El mismo suelo


No importa si alguien es más alto, más guapo, más inteligente o más rico, el suelo es el mismo para todos.
Cada uno de nosotros caminamos sobre la misma tierra, cubierta en algunos casos de piedas, de asfalto o de adoquines, pero debajo siempre se encuentra la misma arena de playa.
Los hay que andan de puntillas, temerosos de despertar a la bestia dormida que llevan en su interior, que les impide marcar el paso con soltura.
Otros dan saltos y giros con el único objetivo de que alguien les mire y captar así su atención. Esos son los que andan solos y necesitan otro individuo que les acompañe en su caminar.
Muchos caminan solos, con la cabeza agachada y sin saber muy bien el lugar al que van.
Lo correcto es lo más difícil, caminar con la cabeza alta, con la mirada a la altura del horizonte y el paso firme pero sin exceso en el taconear.
Precisamente lo complicado es lo que termina por convertirse en sencillo si se realiza con normalidad.
No se necesitan mejores zapatos, sino seguridad en un paso que a pesar de estar lleno de incertidumbre, no se teme dar.
La clave del éxito está en saber el lugar que se ocupa sin despreciar a los que se van quedando atrás. No es cuestión de compasión sino de comprensión y aprendizaje individual que roza pero no llega a lo egoísta.
El suelo es el mismo para todos, sólo tenemos que decidir de qué forma lo queremos pisar.

martes, 4 de octubre de 2011

Pinta y colorea

(foto:facebook)

De un tiempo a esta parte he decidido dibujar mi camino y los objetos que me interesan para un futuro a corto plazo.
He cambiado la gama de colores e intento no salirme de las líneas pintadas ni distraerme al unir los puntos.
No me gusta el mundo creado por el ser humano, pero sí la otra realidad más allá de nuestra mano.
Un planeta de inmensa belleza natural no puede ser el escenario de un mundo desbordado de locura, de una sociedad repleta de peligros y demencias que acechan detrás de las esquinas.
Tengo un borrador mágico y un rotulador capaz de pintar sobre cualquier superficie.
Por eso he decidido ir pintando mi mundo, dibujando otra realidad que se ajuste más a lo que yo entiendo por vida y que pueda ser coloreado de forma más viva o apagada, según mis gustos momentáneos.
Habito en un lugar y reservo el bonito en mi cabeza, ese que pretendo hacer extensible al día a día en un futuro no muy lejano.
Tiene el acceso restringido, no hay sitio para todo el mundo porque quiero que así sea.
Ya tengo un nuevo rinconcito lleno de flores y pájaros cantores, con ríos transparentes de agua dulce, atravesados por un puente de arcoiris que he dibujado para ella.

lunes, 3 de octubre de 2011

Dicen que ya es octubre


Lo dicen los calendarios triangulares que pueblan las mesas de los despachos, los almanaques de pared que dejan colgando los números y los de tamaño tarjeta que habitan en la oscuridad de las carteras.
Nos lo demuestra nuestro teléfono movil que cambia la fecha solo. Igual que los relojes y los ordenadores.
Aparece el mes de octubre con apellido de otoño, aunque sin presentarse con su nombre completo.
Cambio climático o veranillo de San Miguel eterno, quién sabe.
Es lunes y el cielo amanece de nuevo con un color característico de día soleado y caluroso.
No hace falta ser metereólogo ni un lumbreras.
El clima se resiste a cambiar, ya nos quejaremos después cuando lo haga.

sábado, 1 de octubre de 2011

Al otro lado del espejo

El investigador J.J. Benítez, ha anunciado el lanzamiento de la novena entrega de su popular saga Caballo de Troya. Igualmente, ha desvelado que abandona sus investigaciones tras muchos años de fascinar a los lectores con sus historias.