jueves, 30 de junio de 2011

Caldos públicos


Con la llegada del verano los habitantes de las grandes ciudades enloquecen por ponerse a remojo en las múltiples piscinas públicas.
En algún otro momento ya he dejado ver mi escaso gusto por estos lugares, pero intentaré ser más específico.
Unas grandes piletas de agua, supuestamente depurada, que alberga a cientos de individuos prácticamente apilados los unos encima de los otros, no creo que sea lo que mejor cumpla las normas de sanidad.
Muchas de estas piscinas son como un vagón del metro de Madrid en hora punta. Unos pegados a otros mirándose de reojo y sin poder casi ni moverse, para intentar no meterle el dedo en el ojo al de al lado.
Esa masa de agua recopila los pelos y su respectiva grasilla capilar, el sudor de los muchos que todavía no han comprendido que las duchas están puestas por higiene y por respeto al prójimo, por no hablar del resto de cosas que un ser humano puede expulsar de su cuerpo.
Me sorprende ver las largas colas para conseguir entrar al caldo común, sobre todo a esas mujeres de avanzada edad que están morenas como pasas de california los 365 días del año. El sol en grandes cantidades arruga y produce cáncer, pero eso tampoco parece importar demasiado.
Lo peor es que encima el negocio es redondo teniendo encuenta los precios de las entradas.
Francamente, si alguno de los que estáis leyendo este blog tenéis la necesidad este verano de encontrarme, ya sabéis un lugar al que os podéis ahorrar la visita para la búsqueda.
A este paso me compro una piscina de plástico de esas tan majas para los niños, me la instalo en la terraza y me pongo a remojo, que estará igual de calentita el agua y al menos los pelos, sabré que son los míos.

miércoles, 29 de junio de 2011

Aumento indignado de sueldo


Como en las últimas fechas se lleva la tendencia del indignado, he decidido unirme a la moda ya que tengo irritada hasta la uña del dedo gordo del pie izquierdo.
Tengo los ojos como platos soperos de tanto intentar realizar mi trabajo, que es contar a los demás las cosas que pasan, sin conseguir mantener la mandíbula encajada durante más de un minuto seguido.
Mientras casi todos sacamos cuentas, el cinturón se nos queda sin más agüjeros que apretar y el sudor frío nos cae por la frente al pensar en el fin de mes, intento mantener la calma y la objetividad al contar las noticias de políticos que se están subiendo el sueldo.
Son más de los que se podría imaginar, por no hablar de las cantidades, que llegan a ascender hasta un 35% más de lo que cobraban antes de las elecciones.
El movimiento 15-M ha calado. Lo malo es que con este sol y este calor, parece que lo mojado se ha secado rápido.
La venta de motos ideológicas se dispara, los espectadores miran ensimismados y los informadores nos quedamos pasmados mientras pasamos por el aro.
Es obvio que este país necesita un cambio, proque las cosas ya no son lo que eran. 
De política se habla ahora en las Iglesias y los mendigos acaban pidiendo limosna en la puerta de los ayuntamientos.

martes, 28 de junio de 2011

La ola de calor


Con el calor se me derriten las ideas.
Especialmente las buenas, porque las malas suelen ser más frías y resisten mejor las altas temperaturas que nos azotan estos días.
Somos inconformistas y por eso nos quejamos del frío cuando hiela y del calor cuando los termómetros alcanzan sus marcas más elevadas. 
A cada tiempo le corresponde sus características y hay que aguantarlo.
Personalmente soy más de bajas temperaturas. Llevo mejor el invierno, aunque ni siquiera entonces soporto un jersey gordo. Es pensar en ello y me entran los sudores.
Ves a la gente meterse en las fuentes de las plazas y calles sin ningún tipo de reparo. Si ya de por sí no soy amigo de las piscinas públicas, menos de las fuentes en las que cualquiera sabe lo que hacen las personas, los perros que pasan por allí y las palomas que necesitan acicalarse o soltar lastre.
El aire acondicionado me tiene medio averiado pero prefiero una muerte fresca aunque sea por anginas de caballo, que un calentamiento global de mis órganos internos.
Tengo ganas de decirle adiós a la ola y hola al adiós de unas temperaturas que me tienen ardiendo hasta la junta de la trócola.

lunes, 27 de junio de 2011

Binomio Chávez-Nietzsche



Con el tiempo he aprendido que las cosas no siempre son lo que parecen y que es mejor no creerse todas las informaciones por muy fidedignas que pretendan hacernos creer que son.
Desde el primer momento que conocí la noticia del estado de salud del Presidente venezolano se me vino a la cabeza la idea del Superhombre.
Ese concepto creado por Nietzsche quizá no tenga nada que ver con lo que ocurre con Hugo Chávez, pero el calificativo viene perfecto para definir una estrategia.
No dudo que haya tenido algún problema de salud, pero sí soy escéptico con respecto a la gravedad del mismo. Si se quiere destacar cualidades de fuerza y valentía en una persona, no se me ocurre una mejor idea que promover la imagen de una victoria ante la muerte o una ayuda divina para una recuperación milagrosa.
A todo esto, le acompaña el anuncio de sus seguidores de que estarían dispuestos a una lucha armada para mantener a su comandante en el poder.
Si así ocurriera, no sé qué excusa o adjetivo se buscaría esta vez para huir de la palabra dictador en medios de comunicación y gobiernos de medio mundo.
¿No será que quizá se están preparando para lo que saben que ocurrirá en las elecciones del próximo año?.
No me creo las informaciones partidarias ni las interesadas economicamente.
No creo en el concepto revolucinario bolivariano del Superhombre, porque aunque es cierto que bicho malo nunca muere, a cada cual le acaba llegando su destino.
No deseo el mal a nadie, pero hay personas a las que tampoco se les puede desear el bien. En cuanto a su salud sólo queda la indiferencia, en lo político, que más pronto que tarde desaparezca.

sábado, 25 de junio de 2011

Al otro lado del espejo

En la delgada línea de lo paraanormal o lo desconocido, existen sonidos perfectamente audibles que nos desconciertan y nos hacen pensar en si las psicofonías, son algo real capaz de ser captadas por cualquiera de nosotros.


viernes, 24 de junio de 2011

El condicionante

(foto:http://uplsahagun.com/)

Existe un tipo de personas que condicionan su felicidad en base a terceros.
Aquellos que no se expresan abiertamente sino entre dientes y que ven el mundo de forma maravillosa cuando obtienen lo que quieren, pero dejan volar su ira cuando aparecen los contratiempos.
Las formas de ser conflictivas tienen esa característica, buscan pelea incluso delante del espejo y con la habitación vacía.
Identificarse con textos o palabras ajenas corresponde a la cabeza de cada uno. Probablemente existen canciones que digan tu nombre, pero no necesariamente están escritas a tí.
La vida pasa y cada uno debe saber si alegrarse por lo de los demás está reñido con alegrarse de lo propio. 
Es mejor huir de las envidias y de los pensamientos negativos no deseados.
La felicidad tiene mucho de bueno en lo que nos aporta, pero algo de negativo respecto a lo que dura.
Aprovecharlo o no es una libre elección.
Quedaos con la que más os convenga, no vaya a ser que decidáis aceptarla cuando sea demasiado tarde para recuperarla.

jueves, 23 de junio de 2011

El techo del mundo

(foto:http://www.cervantes.com/)

Hoy toca recomendación literaria. Para los amantes de las grandes historias llega esta nueva novela de David Zurdo, que nos sitúa en Estados Unidos, en plena crisis económica de 1929.
Un momento crucial en la historia del mundo, en el que se decidió construir uno de los edificios más altos del planeta y más representativos de un país.
Si quieres conocer más, escucha la entrevista y sumérgete con el autor entre sus páginas.


miércoles, 22 de junio de 2011

Volar la cometa


Se asomó a la ventana y descubrió el sol brillando a través de los cristales. Abrió el armario de par en par mientras las ganas comenzaban a impacientarle.
Movió las manos con rapidez buscando entre las múltiples cosas que había ido amontonando con el paso del tiempo, casi olvidadas.
Después de unos segundos, la sostuvo entre sus manos a la vez que su cara dibujaba un amago de sonrisa triunfante y algo similar a un gesto travieso.
Consiguió bajar a toda velocidad las escaleras rumbo a la calle, cada tres escalones se convirtieron en uno debajo de sus piernas ágiles.
Los árboles mecían sus hojas al compás del viento. El sol y la brisa hacían posible su propósito.
Desenredó las cuerdas hasta que quedaron bien estiradas y listas para sujetar el peso.
Lanzó con todas sus fuerzas el triángulo de tela multicolor, mientras agarraba con fuerza los extremos de las cuerdas y aprovechaba la ligera racha de aire como impulso.
La cometa surcó el viento de la misma forma que su ilusión voló por el cielo tras largos meses de espera.
Se dejó llevar por la brisa con una danza alegre que le hizo llorar de alegría, a pesar de que sus pies, aún seguían tocando la tierra.

martes, 21 de junio de 2011

El verano


El sol entra con fuerza mientras deja a su paso un atisbo de primavera que no pasó de promesa que nunca llega. Del frío al calor ya no hay que pasar por una aduana primaveral o de otoño, se hace de forma directa por cambio climático.
La oscuridad acorta sus plazos y la noche cerrada resiste la tentación de abrirse para dejar de ser el escondite de las almas nocturnas.
Las sombras no son las temidas apariciones de las que se huye sino las deseadas que se persiguen para ponerse a cubierto. Es el momento del agua deseada que termina siendo escasa por los cauces secos.
Olor a crema solar, a arena de playa y golpe seco de chancla al tocar el suelo.
Llega el verano, que quizá sea bello como anunciaba Pavese entre sus páginas, o tal vez el de los amores pasajeros que se quedarán en unos meses con el sabor de lo que pudo haber sido.
Las postales se olvidan entre emails y quedan atrapadas en redes sociales.
El verano quema entre gotas de sudor y ventiladores que no cesan, entre bebidas frías y cantar de chicharras.
Llegan las vacaciones, que sin duda, son lo mejor del verano.

lunes, 20 de junio de 2011

Una manada de tuertos

(foto: http://www.tarotida.com)

Dicen que la buena o la mala suerte no existe, que es una cuestión de circunstancias casuales que se juntan para producir un determinado final.
La buena suerte se busca a veces con esfuerzo y trabajo, pero la mala debe ser un castigo por algo en concreto, o simplemente sea una dósis aleatoria que debemos sufrir de vez en cuando para que no se nos suban los humos.
En las últimas fechas se me rompe todo y por una vez mis habilidosas manos no tienen nada que ver en el destrozo.
Primero el aparato de aire acondicionado, que más allá de mi condición de plantígrado, cualquiera que se atreva a acercarse a mi pequeño ático sin aislar, comprendería lo preocupante de la situación.
Después, el acuario de 80 litros comenzó a achicar agua mientras los peces ponían cara de sardina a la plancha y veían su futuro más negro que los efluvios de un calamar.
Una vez salvada esa crisis, apareció Hacienda, a la que estoy amenazando con romper relaciones institucionales al más puro estilo Barça-Madrid de fútbol. Te dan ayuda para el alquiler, para luego darte el palo. Gracias por la ayuda, desconfiaré el día que me hagan descuento en muletas, fijo que después vienen a romperme las piernas.
Y para rematar, el único elemento que todo hombre que se precie quiere incluso más que a su coche: la PlayStation3... Tantas noches compartidas con amigos y grandes momentos en solitario. ¿Las tragedias griegas?, un sainete en comparación con esto.
En fin, que las rachas pasan, así que espero que esta pase rapidito.
El otro día el coche me tosió y ya no pongo ni el aire acondicionado, no vaya a ser que se me resfríe.
No está la cosa para dispendios y mucho menos para tener la suerte dándome la espalda.
Dicen que siempre las malas rachas preceden a algo bueno. Si eso es cierto, empezaré a comprar loteria y a darle unas frotaditas en esta chepa que me está saliendo.

sábado, 18 de junio de 2011

Al otro lado del espejo (XL)

Extraños sonidos sin identificar estremecen la tranquilidad de una localidad inglesa, próxima a la frontera con Escocia. Nadie sabe de dónde viene, ni hasta ahora los científicos han sido capaces de explicar el fenómeno. Los vecinos declaran que incluso no pueden dormir.
¿Sonidos internos de las capas de la tierra?, ¿fenómenos extraterrestres?
Todo está sin resolver... pero hay otros casos parecidos en el mundo.

viernes, 17 de junio de 2011

Un buen comercial para el fin de semana

Hay veces que la publicidad sigue sorprendiendo gratamente, y aunque alguna marca de cerveza con limón se siga empeñando en hacer malos eXtribillos y peores chistes, los detergentes sigan con su tortura habitual, los anuncios de medicamentos enfermen, los de coches asusten y la falta de ideas sea casi generalizada, sigue habiendo personas creativas para sacarnos de la apatía.
Como muestra de ello y para sacar la sonrisa correspondiente al viernes, el último anuncio de Campofrío.

jueves, 16 de junio de 2011

Aún creo en los duendes


Hace un tiempo comencé mi recorrido por un camino que atravesaba un bosque frondoso, repleto de grandes árboles que tocaban el cielo con sus ramas más altas. De riachuelos con reflejos de esperanzas y corrientes que mantenían las pesadas piedras en el fondo de su cauce.
Las flores de colores tenían todas espinas en sus tallos, pero eso no es importante. Las flores siempre deberían ser para aspirar su aroma y contemplar su belleza, pero nunca para arrancarlas.
Fue el momento en el que conocí a los duendes mágicos de los que tanto he hablado en otras ocasiones.
Unos seres especiales, luchando contra una enfermedad que sólo es apreciable para el que observa desde su interior y no desde sus ojos.
El bosque era suyo, no de los guardabosques ni de los financiadores de ese entorno.
Tan sólo los duendes son capaces de crear ese mundo, con sus sonrisas, sus saltos y sus ganas de seguir jugando.
Cuando describí a estos seres especiales, fueron muchos los que apuntaron que también eran suyos de ese modo. Se equivocaban. Los mundos mágicos no son iguales para todos los tipos de vista, cada mirada según el corazón de procedencia, tiene un prisma distinto.
Los duendes no son de nadie. Ni siquiera del que paga por mantener el agua limpia de sus riachuelos, ni quita el polvo del camino para que todo esté impoluto a los ojos del turista. Acicalar lo visible no es tan importante como quitar las malas hierbas.
Cuando ellos quieren se convierten en estatuas de piedra, no hay sonrisa ni mirada traviesa. Al visitante no le importa, le basta con ver un ser mágico para poder contarlo nada más dárse la vuelta.
A los financiadores del bosque sólo les importa cobrar la entrada y salir en primera plana.
Cuando las raíces se llenan de moho, no hay lavado de cara que pueda salvar un bosque. Tarde o temprano, las malas hierbas arrasan con los árboles y contaminan el agua. Ni siquiera los mejores conservacionistas son capaces de salvarlo con la buena energía de sus manos.
Dejé el camino y el bosque porque no creo en los negocios de beneficiencia, ni siquiera en la compatibilidad de esas dos palabras. Hacer el bien nunca puede ser un negocio, ni económico, ni de imagen personal.
Lamenté en un principio abandonar a los duendes y no seguir a su lado. Pero al instante, junto al eco de mis pasos, comencé a escuchar sus risitas traviesas resonando en mis bolsillos.
Me los llevé conmigo, porque son mágicos, porque aunque tú no puedas verlos, ellos siempre te van acompañando.

A los niños de oncología del Hospital Niño Jesús de Madrid

miércoles, 15 de junio de 2011

Tertulianos a porrillo

(Ilustración: Forges)


Se propagan como una plaga por televisiones y radios de nuestro país, con una especie de carta blanca que les permite decir lo primero que se les pasa por sus supuestas sesudas cabezas, sin importar las consecuencias.
Me sorprenden los que entienden de todo sin ser expertos en nada, aunque debe ser una titulación especial, desconocida para la mayoría de los ciudadanos. Ellos se sienten iluminados y con eso basta.
Nunca he comprendido que una misma persona sirva para hablar de la Guerra de Afganistán, de la Economía mundial, del aborto o del sabor de las nubes. 
Suele decirse que Zapatero a tus zapatos, pero ir por ahí diciendo ahora mismo: "Hola, soy Zapatero", no debe ser precisamente sinónimo de éxito. Es más que probable que te miren con recelo por muy noble que sea tu oficio en el sector del calzado.
No soporto a los que pretenden adoctrinar a los demás, dando por sentado que las personas que les escuchan o ven, son tontas de remate y no van a discutir mínimamente sus palabras.
La gente está más preparada de lo que muchos se piensan. 
Intento no perder la perspectiva cada mañana cuando me siento al micrófono, mientras pienso que las personas tienen inquietudes, intereses variopintos y ganas de historias que les llenen por dentro.
Estoy cansado de los que se ganan la vida siendo unos bocazas sin escrúpulos, llevándose una pasta gansa por algo que carece de mérito.
Hay muchas cosas que deben cambiar en la profesión periodística.
Una de ellas es dar voz a quien realmente tiene algo interesante que decir y dejar de dar bola a los tertulianos obligados por contratos económicos o negocios publicitarios.
Es difícil trabajar en los medios y luchar contra este tipo de quistes de la profesión que aceleran su putrefacción.
Si alguna vez caigo en el mismo error, ruego que sin compasión apaguen la radio.

martes, 14 de junio de 2011

La negrura de la Blanca Paloma

(Foto: Reuters)

No contemplo el fanatismo como una adecuada expresión de los sentimientos del ser humano.
Mantengo, siempre que puedo, el discurso de la tolerancia y el respeto como pilares fundamentales de lo que debe ser una sociedad evolucionada, en consonancia con la modernidad y alejada de conflictos entre personas, que recuerdan a etapas pasadas teñidas de negro.
Tolero las creencias de cada uno, pero no comparto los métodos ni las formas.
No me gusta la masa de gente que cada año salta la verja entre empujones, puñetazos y agresiones de todo tipo, para recorrer el camino desde Almonte hasta El Rocío arrasando todo a su paso.
He visto con mis propios ojos la flora pisoteada, la basura acumulada, los nidos destrozados de numerosas aves que habitan en una de las zonas ornitológicas más ricas de nuestro país.
Doñana es arrasado cada año por el folclore, con la idea falsa de que el ser humano tiene la pertenencia de todo aquello.

He conocido gente apaleada por defender lo que hoy traslado en mi escrito. 
Fui parte de los rescates nocturnos, evitando ser vistos, para salvar especies que correrían una suerte no buscada, un final brindado por una especie que entiende demasiado de devastación y poco de respeto
Nunca he sido devoto de ninguna imagen, ni las religiones me aportan lo necesario para creer en ellas.
Pero mis ojos han visto lo suficiente para entender, que al ver cómo un paraíso natural se convierte en infierno, no es extraño que llore la Blanca Paloma.

lunes, 13 de junio de 2011

Desmontando el campamento

(foto:http://www.heraldo.es/)


Hay indignaciones que no entienden de fechas de nacimiento, de títulos universitarios, de nacionalidades o de religión.
Aunque a muchos les cueste pensarlo, un grupo heterogéneo de personas pueden alzar la voz por un mismo asunto, e incluso unir sus fuerzas para una causa común. 
A eso también se le puede llamar solidarizarse, empatizar, o estar hasta las narices.
Para mí Sol y su campamento perdió el gas hace tiempo. Un buen mensaje, que ha calado en cientos de miles de personas, es el poso que deja este movimiento que puede marcar un antes y un después si es bien gestionado.
Si hubiera sido mejor levantar el campamento antes o después ya no se sabrá. El intentar llegar a un consenso común tiene estas cosas, que los que carecen de sentido ídem, torpedean la toma de decisiones.
Los verdaderos organizadores, la gente seria del movimiento 15M rechazaban el intrusismo entre los acampados, a los oportunistas que siempre encuentran la forma de sacar partido a las situaciones, pero poco podían hacer si la mayoría seguía enquistada en sus ideas.
Parece que el campamento se levanta y llega el momento de saber si se queda en algo que pudo haber sido, o si realmente estamos dispuestos a seguir demostrando que las cosas tienen que cambiar.
De momento los de siempre se siguen llenando los bolsillos, retoman algunos sus puestos de mando y aquí paz y después gloria.
A todo cerdo le llega su San Martín y no creo que el pueblo estemos para fiestas.
Me quedo con la imagen de Sol como una plaza llena de deseos mejores, como un punto de partida para que no sólo sea en nuestro país, sino también intentar la evolución en muchas otras naciones.
La historia no está del todo escrita, quedan capítulos que debemos escribir entre todos.
Son muchas las hojas en blanco, tantas como los sueños comunes que aún ni siquiera ha comenzado.

sábado, 11 de junio de 2011

Al otro lado del espejo (XXXIX)

¿Qué ocurrió con los dirigentes nazis cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin?
Gran cantidad de oro fue repartida por diferentes países neutrales, un tesoro que hoy en día sigue existiendo en algún lugar, pero... ¿dónde?


jueves, 9 de junio de 2011

El mal de amores



Es común en los humanos mortales, padecer dolencias cardiacas por el único malestar que es a la vez enfermedad y medicina curativa: el amor.
Y es que el que esté libre de padecerlo que tire la primera piedra. Aunque eso sí, que lo haga hacia el lado contrario del que estoy yo sentado ahora mismo.
Las calles de Madrid pueden ser de todo menos aburridas. Cuando comienzas a caminar por ellas, nunca sabes qué puedes hallar. 
Lo último que he encontrado es un corazón roto con olor a cerveza y lágrimas de desconsuelo.
Una mujer que pasó cerca de él, dibujó un arco en su ruta para alejarse al llegar a su altura. Lo miró, pero lo dejó en el mismo lugar porque evidentemente no era el suyo.
Nos acercamos y le hablamos pero no respondía. Ni siquiera sabíamos que era un corazón roto.
En la vida se comienza temprano a recibir los golpes amorosos, pero cuesta un tiempo saber encajarlos. Si es que se aprende alguna vez.
La chica de poco más de veinte años levantó la cabeza para contarnos una historia única para ella, pero concocida por el resto de los presentes.
No la suya en concreto, sino la que cada uno de los que estábamos allí habíamos experimentado en algún otro momento de nuestra vida.
El amor en sus éxitos y sus fracasos, suele tener guiones parecidos para todos.
Sandra, María, Raúl, el chico vasco desconocido, su acompañante del cigarro y yo, esperamos la ambulancia mientras el corazón roto se deshacía en sollozos y nosotros en ánimos.
La historia quizá sea insignificante comparada con otras, probablemente no tenga un desenlace emocionante. Simplemente se la llevó la ambulancia.
Lo cierto es que no importa. Queda demostrado que las personas no estamos perdidas del todo, aún nos queda mucho dentro todavía.
Sobrevive nuestra capacidad de empatía, de ayudarnos a pesar de una sociedad que te obliga a tener miedo.
Desconocidos que se únen para dar ánimos a un corazón roto. Uno muy joven que mañana estará recompuesto y pasado mañana herido de nuevo.
Así es la vida, así es el mal de amores.
Seguro que todos los que estuvimos allí anoche, estamos hoy pensando qué habrá sido al final de la chica.

miércoles, 8 de junio de 2011

Defensa de la melancolía

(foto:http://anxonfire.blogspot.com)


El cielo de Madrid luce el plomizo color del que siente añoranza en blanco y negro. 
El abrazo que se antoja ausente en la mirada del que contempla la distancia de un horizonte sin mar, sin olas que se filtran en la brisa que humedece la cara.
Ventanas cerradas con el reflejo de luces externas que se funden en destellos. 
Recordar es poner la mente al servicio del pasado, de la melancolía, de la huída, del anhelo de tiempos pasados que sólo exísten dentro de la cabeza, como huellas en la arena que no son destruídas cuando sube la marea. 
El futuro es para los que viven el presente sin el anclaje del ayer.
Las últimas gotas de una tormenta anunciada se convierten en estrellas. El azul se intuye entre las nubes mientras la ciudad anochece, mientras llega la limitada calma de un Madrid que nunca duerme.
Me convierto en vigía para observar la luna que se asoma tímida y da las buenas noches.
El amanecer duerme esperando a despertar conmigo.
Mañana será otro día, igual que cualquier otro, tan distinto a cualquiera.

martes, 7 de junio de 2011

Estoy que me agredo

(http://burgostecarios.blogspot.com)



Parece que estoy en fase autodestructiva involuntaria y no me había dado cuenta. 
Hasta ahora, que llevo un par de noches que me atizo a mi mismo y me despierto del daño afligido y sufrido.
Primero fue un retorcimiento del brazo derecho que me llevó a estar el día siguiente con la extremidad en fase de aletargamiento y con un considerable dolor del antebrazo. 
Tampoco le di importancia, ¿quién no se ha quedado dormido encima de una mano y se le ha quedado con esa vibración y picor tan característico?
Lo preocupante ocurrió al día siguiente cuando estrellé el dedo gordo de la mano izquierda contra la pared, despertándome con un leve aullido y obteniendo como resultado un ligero amoratamiento de la zona al despertarme por la mañana.
Ayer me arañé el cuello y hoy temo dormirme y que aparezca Freddy con su jersey a rayas y sus dedos de cuchillas, ya que con mi autodestrucción le estoy poniendo de patitas en la cola del INEM.
Cualquier psicólogo que lea estas líneas habrá hecho un diagnóstico claro de una situación de estrés que se descarga en momentos en los que la consciencia se encuentra en otra fase.
O peor aún, una lectura de rechazo hacia mi propio físico.
Nada más lejos de la realidad, pero quizá a un médico estudioso de la mente no sea tan fácil convencerle.
De momento mientras escribo estas líneas, giro un poco la cabeza hacia el espejo, me guiño un ojo mientras tarareo y sigo el ritmo de la música de Ottis Redding que fluye de mis altavoces.


lunes, 6 de junio de 2011

El atónito aviador francés



El cielo de París vió ondear de nuevo la bandera española mientras el himno, esta vez sí el correcto, surcaba el aire de la capital francesa.
El mismo firmamento por el que hace casi cien años, un aviador llamado Roland Garros batía el record de altura, para poco después ser el primero en atravesar el Mediterráneo.
Ese mismo mar que contempló, en una de sus islas, el nacimiento hace 25 años del más grande de la historia del tenis de nuestro país y ahora mismo del mundo.
Está en el camino de la leyenda, con su nombre escrito en letras de oro en la historia del deporte.
Las victorias siempre son victorias y gusta experimentarlas sea como sea. Pero hay conquistas con un sabor acentuado, más gustosas y satisfactorias.
Ganar con un público volcado en animar a tu oponente, mientras silban y abuchean tus acciones, aporta un extra de felicidad.
No creo que la gente prefiera a Federer, sino a cualquiera que juegue contra el español que lleva seis victorias en siete participaciones de un torneo que lleva 26 años sin ganar un francés.
Es absurdo, pero queda claro que nuestros éxitos deportivos no gustan demasiado en nuestro país vecino.
Lamentablemente deberían ir acostumbrándose.
Es más que probable que el himno español vuelva a surcar el cielo parisino, ya sea por el Tour o un nuevo Gran Slam.
El aviador observa desde su récord de altura las proezas de otro. Mira atónito, se estremece en su asiento mientras levanta el puño apretado y exclama: vamos Rafa!

domingo, 5 de junio de 2011

sábado, 4 de junio de 2011

Al otro lado del espejo (XXXVIII)

Se acerca la noche más mágica del año, en la que las hogueras y el fuego lo invaden todo.
Hay misterios que rodean esa fiesta, rituales en los que hay gente que es capaz de atravesar las brasas con sus pies descalzos sin tener ninguna quemadura después.
¿Existe un motivo para este misterio?


viernes, 3 de junio de 2011

Una sonrisa para el viernes

Para empezar el fin de semana, nada mejor que una sonrisa.
Comparto con vosotros unas formas muy originales de pedir en el McDonalds. Yo me quedo con la primera, pero las dos tienen un sentido del humor que se agradece.
Buen fin de semana...


jueves, 2 de junio de 2011

Del bledo al pepino



Suele ser un calificativo positivo en nuestro idioma la palabra pepino en sus diferentes y posibles usos lingüísticos. 
Cuando alguien se compra un coche nuevo con un motor de tropecientos caballos, lo muestra orgulloso mientras comenta que va como un pepino.
Si Cristiano Ronaldo le pega duro a la pelota, ha sido un pepinazo.
El fantasma que alardea de sus atributos masculinos, probablemente mentirá con orgullo diciendo que lo suyo es tremendo pepino.
Un guantazo bien dado se puede catalogar de pepinaco.
El pepino hace algo en los ojos de las mujeres cuando se lo ponen en rodajas. Siento no poder aclarar exactamente su función.
Y una crema a base de pepino arregla el cutis y lo pone como el culito de un bebé. Algo que yo siempre había tenido por algo rechonchito con olor a caca, pero parece que sólo se quedan con el dato de la suavidad.
Eso sí, el pepino se repite, sí, se repite.
Paréntesis culinario: dicen que si le dejas un poquito de piel al pelarlo deja de hacerlo. 
Como todo en la vida, tiene su parte negativa. Hay un uso peyorativo cuando se dice que esto me importa un pepino. Pero seamos claros, es una descalificación compartida con me importa un bledo, un pito, un carajo, un pimiento y un largo etc.
Yo personalmente no voy a comer pepino porque me repite. Sí, me repite.
Debemos alzarnos todos a una, pepino en mano, contra la opresión a la agricultura española. Nos tiran las fresas, el pepino, la cebolla y ya nos tienen hasta el nabo.
Que digo yo, que antes de señalar al culpable, deberían analizarlo bien y ser conscientes de las pérdidas millonarias que pueden suponerle a un sector ya de por sí castigado por la Unión Europea.
Queda claro una vez más nuestro peso en Europa. Por suerte o por desgracia, nosotros y nuestros pepinos, les importamos un bledo, que para quien no lo sepa, es una planta de la familia de las acelgas.

miércoles, 1 de junio de 2011

En la boca del Lobo

(foto: B. Ramón)

Hoy el tema no va de leer, sino de escuchar.
En concreto una entrevista a uno de esos periodistas a los que merece la pena oir y conocer sus pensamientos.
He tenido el placer de compartir unos minutos de radio con Ramón Lobo.
Espero que os guste tanto como a mí la experiencia.