lunes, 31 de enero de 2011

Saqueos a la historia

(foto:historiadelarte.webatu.com)

La humanidad tiene ciertos lugares donde mirar sus orígenes, donde encontrar datos de su ayer y la evolución de la especie a través de los siglos. Grandes construcciones o ciudades milenarias son la voz de la historia y nunca debería quedarse callada.
Situcaiones políticas complicadas afectan a medio mundo, mientras el otro medio ejerce de espectador tranquilamente en sus butacas.
Egipto es el último de los casos, Túnez el anterior y otros tantos países que cuentan con dictaduras y represiones que seguramente están por estallar.
Mi duda precisamente es por qué estallan precisamente ahora después de tantos años. Detrás de un movimiento suele haber un elemento instigador y en el caso de los países árabes siempre sobrevuela la sombra de Al qaeda.
La política internacional se mueve por intereses económicos y las vistas gordas acaban pasando factura tarde o temprano. No se debería tapar a dictadores por mucho petróleo que tengan.
Los saqueadores existen desde siempre, pero precisamente aparecen en momentos de debilidad y desconcierto para sacar partido.
Momias destrozadas, joyas robadas y tumbas profanadas nos dejan un poco más huérfanos a los seres humanos. Nos arrancan parte de nuestro pasado, de nuestra historia.
Entristece pensar que quizá algún día ciertas cosas sólo existan en los libros de historia, si es que no llega antes el día en el que también desaparezcan los libros y nos quedemos únicamente con nuestra memoria.

sábado, 29 de enero de 2011

Al otro lado del espejo (XX)

El mundo de la hipnosis, los enigmas y misterios que rodean esta práctica, los comentamos con David Zurdo en nuestra sección radiofónica dedicada a los temas ocultos y desconocidos.


viernes, 28 de enero de 2011

El cielo cubierto

(foto: photoshop-designs.com)

Cuando las nubes lo cubren todo miras al cielo buscando la rendija por la que el sol asome. 
El rayo puede ser débil, un intento más que una realidad pero igual de apaciguador para los nervios de tempestades. 
Lo oscuro no siempre es malo y la luz no siempre es sinónimo de caminar sin tropiezos. Puede buscarse en la sombra y encontrar más respuestas de las esperadas. En lo inesperado reside el encanto de lo previamente pensado.
Cada mañana sale el sol aunque no podamos verlo y la lluvia empape nuestras ideas hasta dejarlas en charcos de sueños probables.
La buena cara del mal tiempo puede estar ligada a la tormenta que precede a la calma. Es cuestión de querer y no albergar dudas sobre el poder lograrlo.
Nadie dijo que el miedo sea de cobardes, si fuera así los cementerios no estarían llenos de valientes. 
No es bueno temer, pero tampoco hacernos inmunes a las dudas que provocan los miedos. Basta con que no nos impidan seguir adelante aunque seamos conscientes del esfuerzo que nos cuesta avanzar con paso firme.
No se debe mirar atrás salvo para esperar a alguien que decide unirse a tus pasos. Aunque a ti nunca te hayan esperado.
El cielo está cubierto, llueve, pero seguimos caminando.

jueves, 27 de enero de 2011

Me duele la voz

(foto:lpi.tel.uva.es)

En los momentos en los que uno deja de poder expresar sus ideas en voz alta, es cuando se da cuenta de lo importante que es poder decir las cosas para que los demás las escuchen.
He perdido mi voz estos días y con ella una seña de identidad que me distingue de cualquier otro. Mi sello personal es recuperable, así que sirve especialmente de reflexión.
Entiendo hoy más que nunca a los que nacieron sin voz o a los silenciados por otros tantos.
Mi voz vuelve y con él mis ideas.
No me callo, prefiero no tener que echar de menos aquello que nunca dije.

miércoles, 26 de enero de 2011

Fiebre en los ojos

(foto:blog.ciencias-medicas.com)

Se me calienta la vista cuando salgo a la calle. Es una sensación febril que me ataca como medida de rechazo a ciertas cosas que veo.
Parece que la gente ha dejado de vivir deprisa en esta ciudad, ahora directamente van atropellados. Cuando te levantas para ceder tu asiento en el metro casi te observan con extrañeza. En el fondo parece que piensan: es verdad, eso es lo correcto. Pero acto seguido bajan de nuevo la mirada al libro o se concentran en lo que suena dentro de sus orejas y lo dejan quizá para la próxima ocasión.
No sé qué nos ocurre, pero nos hemos convertido en una sociedad protestona para nuestros adentros y sencillamente quejica de puertas para fuera. 
Quizá tardemos más años en jubilarnos que en morir, sin tener siquiera asegurada una pensión en condiciones. Nos suben el precio del aire que respiramos pero los sueldos llevan congelados para algunos más tiempo de lo que lleva supuestamente en esa situación Walt Disney.
No entiendo la irritación mal administrada, la que se saca exclusivamente en el momento menos oportuno. Es mejor pagar la mala leche con la primera persona inocente con la que te cruzas, que tener la valentía de enfrentarte a quien realmente lo merece.
Los hay que se van al fútbol y salen en televisión insultando al árbitro, al entrenador contrario, o al jugador estrella, simplemente porque viven pisoteados por sus jefes y todo lo que no le dicen a él lo expulsan aprovechando la situación, aunque estén sus hijos delante.
¿Crispación? Yo creo más bien que la conciencia del ser humano se fue por el camino equivocado.

martes, 25 de enero de 2011

Sobre el nido del Cuco

(foto:votooculto.blogspot.com)

En ocasiones me sigue sorprendiendo el ser humano. Llevo tiempo dándole vueltas al caso de Marta del Castillo y no logro comprender el comportamiento de unos menores de edad, que muestran una frialdad y una dureza en su comportamiento que asusta.
No se debe generalizar y pensar que la juventud se refleja en tipos como estos, porque sería un grave error además de algo que no se ajusta a la realidad. 
Aunque estemos cansados de ver chicos y chicas que ni quieren estudiar ni trabajar, que parece que todo les da lo mismo, sí que existe otro grupo amplio de jóvenes con inquietudes, ganas de ayudar y de hacer cosas buenas.
Lamentablemente, lo malo siempre hace más ruido que lo bueno, pero no se traduce en que sean la mayoría, más bien lo contrario, creo que son menos pero llaman más la atención.
Intento ponerme en la piel del asesino confeso de esta niña, pero no es tarea fácil. Lo hago para averiguar por qué no se viene abajo. Tanta presión mediática, popular y policial, no puede ser soportada de esa forma por un crío, por muy diabólico que sea.
Muchas mentiras rodean este caso y muchos flecos sueltos. Pero yo sólo puedo pensar en cómo es posible que estos chicos puedan comportarse de esta forma sin un asesoramiento. 
Quizá eso es lo que más me asusta, que haya unos abogados por detrás que hagan su trabajo de esa manera. Prefiero no pensarlo, porque supongo que la mayoría de los abogados no aceptarían un caso así.
Ha pasado demasiado tiempo y ni hay confesiones claras, sentencias y ni siquiera cuerpo del delito.
No recuerdo otro caso parecido, hasta los asesinos más locos confiesas sus crímenes.
Me aterroriza el desenlace, me da mal presentimiento, no me gusta nada.


lunes, 24 de enero de 2011

Maestro de cinturón amarillo

(foto:kuksoolwonmadrideste.es)

Cuando eres pequeño hay veces que los padres te obligan a realizar diferentes actividades extraescolares que distan mucho de tus gustos y preferencias. La desventaja es que tienes que tragártelas hasta que el tiempo te de la razón, o al menos hagas méritos suficientes para que asi sea.
Aún recuerdo cuando mi madre entusiasmada decidió apuntarnos a mi hermana y a mí a clases de judo.
La primera impresión de aquel profesor, llamado maestro por los presentes, no pudo ser peor. Un ex militar enorme, gordo, con pelo cortado a cepillo y un aliento a carajillo que te hacía besar el tatami antes de la primera llave. Tenía una mano tan grande que el sopapo te lo daba por delante y por detrás al mismo tiempo, abarcaba tu cabeza entera y con el eco del que me daba a mí, tumbaba a mi hermana en el otro extremo de la clase.
Recuerdo esa sensación de contener la respiración cuando volaba por el aire hasta pegar con la espalda en el suelo y aguantar las lágrimas. Mi madre estaba pagando para que me dieran una paliza. Que digo yo, coño, no hubiera sido más fácil pagar a unos sicarios y hubieran hecho el trabajo más rápido.
Recuerdo a los compañeritos y compañeritas, sobre todo a una pedazo de bestiajo borreguera que me utilizaba de saco de arena para desahogar su ira contenida.
Al tiempo me enteré de que el cinturón amarillo era de una principiante, pero prefiero no imaginar cómo me las hubiera llevado cuando consiguió el negro.
Vale que me hubiera gustado ser Bruce Lee, pero el camino era demasiado sufrido para mi.
Así que si me asaltan por la calle quizá no sea capaz de poner la postura de la grulla y defenderme, pero al menos queda claro que voy a encajar los golpes como nadie y voy a rodar al caer al suelo al más puro estilo especialista de Hollywood.

sábado, 22 de enero de 2011

Al otro lado del espejo (XIX)

Hace unos días se cumplía un año del terrible terremoto de Haití. En su día, hablamos en nuestra sección de enigmas y misterios sobre los terremotos. Cuestiones interesantes de conocer que nos cuenta David Zurdo.


viernes, 21 de enero de 2011

Complicada realidad tunecina

(foto:fotocommunity.es)

En una semana en la que llevo aún sobre mi espalda la mochila del viajero, que mis ojos se van acostumbrando a la luz de neón de la rutina, dejo atrás las calles de Roma para volver a los rincones de Sidi Bou Said, donde hace algún tiempo dejé el eco de mis pasos.
Iniciaba mi emancipación periodística, fuera de los muros de falsa realidad aprendida en la Universidad, cuando conocí la tensa calma que flotaba en el aire de Túnez. Un país árabe insistente en su caracter europeo.
Era la idea que te repetía una y otra vez cualquier guía al servicio de un gobierno atrincherado en palacios. Ansia de aparentar europeísmo de cara al exterior.
Te mostraban mujeres con pantalones, aunque nunca observé alguna que fuera vestida con colores alegres, poco fuera del blanco o negro. Te animaban a comprobar que las mujeres iban a los bares. A primera vista, mi duda era por qué nunca estaban sentadas mezcladas con hombres, siempre apartadas. Mi segunda pregunta de por qué ellas no fumaban en la cachimba como ellos, fue contestada con una sonrisa de dientes apretados: A ellas no gusta fumar amigo.
Supongo que al viajar a cualquier país europeo, si tuvieras que rellenar las típicas tarjetas de migración que entregan en los aviones y pusieras en el apartado de profesión periodista, no tendrías ningún problema. Uno menos listo, que no mintió como hice yo, dio pocos pasos antes de ser retenido por la policía e interrogado para conocer sus fines periodísticos en el pais.
Un paisaje precioso rodeaba uno de los palacios presidenciales. Hay veces en la vida que cuando haces preguntas corres el riesgo de sorprenderte con las respuestas. Si quería hacer fotos en la zona, me obligaron a hacerlas siempre de espaldas al palacio. La respuesta fue sencilla; de lo contrario podian abrir fuego contra mí en cualquier momento. Sólo le faltaba de fondo Miguel Ríos cantando el Himno de la alegría para que completara el puzzle eurpeo, sin duda.
No estoy extrañado de las últimas noticias que llegan de allí. Mi evaluación de aquellos días me dejó el resultado de un país con lugares bonitos y mentalidad extraña. Algo se mascaba en el aire.
Ejerzo mi capacidad de observación allá por donde voy. Miro más que hablo y analizo más que expreso.
Me quedo a pesar de todo con las calles de piedra, casas blancas y ventanas azules de ese pueblecito de Túnez. Tan cerca geográficamente de nuestro continente y a la vez tan lejos de lo que nosotros llamamos Europa.

jueves, 20 de enero de 2011

ETA: No hay tregua

(foto:revistazo.com)

Por todas aquellas personas que han sufrido dolor por culpa de un grupo de asesinos miserables sin escrúpulos, no exísten las treguas posibles.
Los rearmes camuflados en falsos períodos de paz no tienen cabida en una sociedad que intenta mirar hacia el futuro sin miedo y sin sangre.
Los que tienen manchadas sus manos y tienen teñidas sus almas de las vidas arrancadas a inocentes, no merecen el privilegio de ser escuchados.
Para los asesinos sólo hay una salida posible, la desaparición absoluta.

miércoles, 19 de enero de 2011

Las patas cortas del mentiroso

(foto:universoinfinito-angelbea.blogspot.com)

Siempre he escuchado que la mentira tiene unas patas muy cortas, pero después de unos cuantos años de experiencias personales, he comprobado que no es la mentira la que posee las extremidades inferiores reducidas, sino el que las lanza por su boca.
Se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Partiendo de la base de que ninguna persona con cojera me ha hecho nada como para tener que perseguirle, no es menos cierto que el mentiroso consigue despistar muchas veces al que le sigue y realiza con éxito algún regate que otro.
Me cansan los mentirosos, especialmente el que lo utiliza para malmeter entre las personas que son felices, para satisfacer sus miserias personales.
Intento apartar de mí ese tipo de gente, aunque por desgracia no siempre es posible.
La mentira es la expresión más habitual del cobarde, del que es consciente de sus limitaciones y se acompleja por ellas en vez de superarlas.
Me aburren los mentirosos, escucharles y tener que mirar para otro lado para evitar conflictos que no me hacen ningún bien.
A menudo pienso que no me afecta, pero eso no es más que mentirme a mí mismo.

martes, 18 de enero de 2011

Gente

(foto:unidades.ifodes.edu.mx)

Cuando recorres el mundo te das cuenta de las diferentes personas que pueden cruzarse en tu camino.
Empezando por sus características físicas; su altura, edad, color de piel, mirada o la amabilidad que desprenden.
Cada lugar del planeta cumple la norma básica de albergar personas buenas y otras no tan buenas, pero jamás existe la bondad o la maldad general. Siempre hay algo rescatable.
Es cierto que el encanto de los lugares reside en gran parte en el espíritu de sus gentes.
Personas inesperadas se atraviesan en el camino y te tienden una mano cuando tu escondías la tuya temiendo que fuera mordida. Nos equivocamos demasiado en los juicios previos, en el recelo mal administrado.
A diario tenemos contacto directo o indirecto con una importante cantidad de personas. ¿Con cuántas de ellas somos amables?
Las sonrisas y la amabilidad son gratis. Se pueden dar y recibir en cualquier lugar del mundo. Y sobre todo, es mucho más fructífero y placentero que regalar una mala mirada, un desprecio o un gesto de amargura que no es más que nuestro interior transformado en reflejo.

lunes, 17 de enero de 2011

Ciao Roma

(foto:e-global.es)

Miles de años contemplan cada piedra, cada ladrillo que soporta el tamaño descomunal de la historia, cada pintura cargada de genialidad y arte que rozan lo perfecto.
Después de caminar por sus calles, se puede ser consciente de la capacidad del ser humano para dejar escapar a través de sus manos las representaciones artísticas más maravillosas. Ese mismo ser que es capaz de tantas cosas malas, demuestra sus creaciones casi inimaginables.
Cúpulas de dimensiones colosales permanecen  sin sufrir la mínima grieta a pesar de los siglos, son construcciones sólidas que contrastan con la fragilidad de las modernas y nos dejan con las dudas de cómo pudieron hacerlo con los medios tecnológicos de la época.
Luz de grandiosidad y aires de poderoso Imperio que envuelve sus calles, sus puentes y esquinas.
Murmullos de un río que cruza la ciudad y relata las vidas de los que navegaron por sus aguas o atravesaron su corriente.
Una ciudad llena de escaleras, subidas y horas de caminata que siempre llevan a alguna parte.
Siempre he pensado que me encantaría que las piedras hablasen para poder escucharlas durante horas, para que me contaran las vidas de los que pasaron a su lado y marcaron el curso de la historia.
Vuelvo a Madrid con el buen sabor de boca que dejan los nuevos lugares conocidos, como un descubridor que sacia su curiosidad y su ansia de conocimiento.
Otros destinos esperan para satisfacer el hambre  del viajero.
Mientras transcurre la espera, observo las fotografías y digo Ciao Roma.

sábado, 15 de enero de 2011

Al otro lado del espejo (XVIII)

Mozart: Una de las grandes figuras de la música, pero a la vez un personaje enigmático y lleno de puntos oscuros en si biografía. Hoy conocemos algunos de los misterios que rodean su figura.


viernes, 14 de enero de 2011

Daños colaterales


(foto:tecnologyc.com)

Ayer por la noche, mientras escribía en mi ordenador, sentí un ligero picor de narices. Como ante cualquier cosquilla molesta, reaccioné de inmediato. Coloqué mis dedos índice y pulgar sobre la nariz, uno a cada lado de los agujerillos. Presioné con un ligero deslizamiento hacia la parte inferior de la napia, consiguiendo de modo eficaz, el alivio del indeseado picor.
A la par que saciaba mi desagrado, pude ver que un pequeño pelo de color negro se desprendía y se precipitaba en caída libre hasta las teclas del ordenador. Intenté rescatarlo antes de que se perdiera entre alguna rendija, pero no fue posible, cayó.
Pelillos a la mar, pensé.
Eran las 12 en punto, hora idónea para escuchar el boletín informativo. Abandoné por unos segundos la pantalla del ordenador y apreté el mando que encendía la radio.
No es que se hubiera producido alguna noticia de magnitud o que fuera destacada, pero era simplemente el hecho de estar informado. Antes de buscar noticias me paré en la primera emisora que salió.
Un tipo con voz seria y tono periodístico, hablaba de temas bélicos. Parecía que entendía bastante de lo que hablaba. Comentaba algunos conflictos que continúan encendidos en el mundo, las razones diplomáticas, políticas y demás.
Unos segundos después, como una puntualización a una frase presuntamente elaborada y de dar vueltas a ideas confusas disimuladamente por parte del interlocutor, culminó con la palabra: daños colaterales.
Coño, me dije. Este tío sí que sabe
Desde ese momento se me encendió una especie de lámpara en mi interior, que hasta entonces había permanecido apagada. Debía aprender de la sutileza del vocabulario de aquel hombre tan ilustrado.
Fui iluminado, y consciente de mis carencias léxicas, pensé detenidamente. 
Lo que se me había caído no era un pelo, sino un vello de las fosas nasales. No estaba escribiendo en mi ordenador, sino en mi computadora portátil. No es que no pudiera rescatarlo de las teclas, sino del teclado de formato español. Y había pulsado el sensor del mando a control remoto que encendía mi equipo de sonido, en el momento en que apartaba mis órganos videntes del monitor de la computadora.
Lo curioso es que después de pensarlo no me enteré ni yo mismo de lo que había hecho. Misión cumplida. Ya sé hablar como miles de políticos y contertulios que nos adoctrinan con su sabiduría.
Voy a tomar nota, y la próxima vez que tenga que hablar de víctimas inocentes que van a morir por culpa de los de siempre, lo llamaré: daños colaterales, que suena cojonudo.

jueves, 13 de enero de 2011

Menudo invento el Fotomatón

(foto:blogs.ya.com)

A todos nos supone una aventura que nos embriaga, no de alcohol sino de gozo, cuando para cualquier nimiedad nos instan a instantanearnos, es decir, a sacarnos unas fotos.
Si tiene que renovar su D.N.I, su Abono Transportes, su carné del gimnasio, biblioteca o del club de socios de la fundación protectora del gorila gris filipino, siempre y como norma indispensable, deberá presentar los correspondientes retratos.
El nombre del inventor del fotomatón me es absolutamente desconocido. Sin embargo la mala gaita del susodicho, me consta. 
Tras correr las cortinillas de la cabina y pasar de rosca tres veces el asiento, se cumple la primera parte de la palabra, “foto”. 
La segunda llega cuando aparece en la rendija exterior, ese rostro blanquecino que lamentablemente se parece ligeramente al suyo, entre otras cosas porque lo es.
No se esmeren en intentar taparlo para que los que por allí pasen no lo vean, se reirán de todas formas los de la comisaría, el metro, el gimnasio, la biblioteca, y a lo mejor en la fundación protectora del gorila gris filipino le hacen miembro de honor, por aquello de su solidaridad con el color de la dermis.
Por todo ello, nos sube por las venas un sentimiento de matón que darían ganas del suicidio. No lo hagan, porque corren el riesgo de que en su lápida pongan su foto más reciente.
Sin embargo, el género humano es tan obtuso, que iremos siempre con la foto en mano, a buscar la parcialidad más absoluta, ya sea pareja, madre o abuela. 
Después de hacernos de rogar falsamente, enseñaremos con desdén la instantánea, ocupándonos muy mucho de fustigarnos a nosotros mismos. Es la bien conocida como psicología invertida, que no busca más que la respuesta:
- Pues no estás tan mal… yo quiero una.
Pero, ¿por qué nos enfadamos cuando la respuesta es simplemente: pues es verdad, has salido horroroso?

El orgullo del ser humano es tremendo, pero no cabe duda de que el impacto del fotomatón lo es mayor todavía.

miércoles, 12 de enero de 2011

Conversaciones atípicas

(foto:mundofotos.net)

Cada mañana, muy temprano, me encuentro delante del ordenador. Aclaro que no por placer, ya que de las 24 horas que tiene el día, escogería con gusto otra hora menos tortuosa para plantarme delante de la pantalla. Pero a la fuerza ahogan y a todo se termina acostumbrando uno.
Sin embargo, llego a pensar que los madrugones están empezando a afectarme algún nervio cognitivo, si es que existen tales terminaciones nerviosas, porque cada mañana me sorprendo con actitudes de lo más inesperadas.
Llevo dos días hablando con un moscardón. Sí, de los gordos negros con brillo verduzco en la zona dorsal que todos sabemos dónde suelen posarse habitualmente. Bueno, en realidad hablo yo. Es lógico, él está mosqueado (con perdón) y por eso no me dice ni media palabra.
Que conste que fue sin querer, pero la primera reacción cuando se me vino encima, de forma inesperada, ese objeto volador todavía sin identificar, fue sacudirle un manotazo. Ya le he pedido perdón unas  cuantas veces, pero no entra en razón.
Le abrí la ventana para indicarle la salida, pero es un poco resentido y le mueve la desconfianza.
Hoy por segundo día, me ha sorprendido encontrarle chocándose con insistencia contra un tubo de neón.
Chacho que te vas a quemar, le he dicho.
Obviamente no me ha contestado, sigue aún con la mosca detrás de la oreja. Así que ahí le he dejado estampándose un ratito.
Puedo coger un teléfono y hablar con alguien, pero cuántas personas hay que no tienen con quien intercambiar palabras y deben interactuar con lo que sea. No por ello son menos cuerdas.
Aquí sigo escribiendo y ahora mismo no sé siquiera por dónde anda. Es capaz de haberse ido sin despedirse.
Acaba de entrar una persona a la habitación en la que me encuentro y ha exclamado: mira dónde estabas.
No, no era por mí, se lo estaba diciendo al plumero.

martes, 11 de enero de 2011

¿Hay alguien ahí?

(foto:ojodigital.com)

No os oigo.
¿Hay alguien ahí?
¿Dónde se han quedado vuestras voces?
No valen los temerosos de opinión ni los débiles de palabra.
No sólo lo más cercano tiene que afectarnos.
Nuestros gritos no deben aparecer exclusivamente si lo que perdemos es lo nuestro.
¿Dónde están las opiniones, las inquietudes y las dudas?
Escribo para mí pero también para tí.
Escucho mi voz pero no es la única con capacidad para hacer eco.
¿Dónde te escondes?
¿Por qué?
Es un error pensar que el mundo cambia simplemente con cruzarse de brazos.
No renuncies a una sonrisa.
Cree que si dos se besan el mundo cambia.
¿Tienes algo que decir?
¿Qué haces que no lo has dicho todavía?

lunes, 10 de enero de 2011

No te olvides de Haití

(foto:lialdia.com)

Desgraciadamente tendemos a prestar atención a algo durante un breve instante, luego nos llega una especie de distracción mental, un soplo de olvido que nos hace centrar la vista en otra parte.
Sin embargo, lo ocurrido permanece ahí, por mucho que pase el tiempo la miseria continúa mientras no se hace nada por erradicarla.
Cierto que no todo está en nuestras manos, pero sí aportar un pequeño granito de arena. Al menos recordar a las miles de personas que sufren, que no tienen nada que llevarse a la boca, ni un techo para resguardarse.
Podemos pensar en Haití porque se cumple un año de la catástrofe, pero el pensamiento se extiende a los tantísimos lugares de este planeta que pasan desapercibidos, pero que tienen el sufrimiento por bandera.
Vamos a hacerlo entre todos, pensemos en los que viven con miedo y penas.
Vamos a sonreir por ellos, porque algo positivo les llegará si lo hacemos.
Todo es posible, no lo dudes.

sábado, 8 de enero de 2011

Al otro lado del espejo (XVII)

En los últimos días un misterio viene intrigando al mundo. Como si de una película de ciencia ficción se tratara, miles de aves y peces han muerto en Suecia y Estados Unidos. Al realizarse las autopsias no se ha encontrado nada que pueda explicar las causas de estas muertes tan repentinas.
Nos encontramos ante un enigma a escala mundial, que los científicos son incapaces de encontrar explicación.


viernes, 7 de enero de 2011

Se van los Reyes


               (foto: artelista.com)

En los últimos años, lo que más me gusta del día de Reyes es cuando sales a la calle y empiezas a cruzarte con niños desbordados de felicidad que van paseando sus nuevos juguetes. No cabe duda de que es un día para ellos, para que lo disfruten y vean saciadas sus ilusiones.
La sociedad consumista tiene también una cosa buena, aunque sea algo que sólo tiene unas pocas horas de duración.
La cara de felicidad de un niño contrasta con las expresiones sombrías que se generan en los adultos, ya sea por circunstancias ajenas o creadas por nosotros mismos. Hay un momento en la vida en la que dejamos la sonrisa inocente y se nos cambia la mirada. Conocemos las preocupaciones y dejamos que marquen nuestras vidas, en ocasiones, de forma descontrolada.
Es ley de vida, de una forma u otra vamos creciendo, pasamos del deseo de recibir al gozo de entregar.
La alegría va por barrios y por desgracia la felicidad de los niños no es generalizada. Demasiados lugares en el mundo tienen realidades muy distintas que con frecuencia se nos olvidan.
Niños que no son niños, que no les dejan serlo, que nunca han podido y ya no podrán. El reparto no es equitativo, siempre es el unos tanto y otros tan poco, la suerte de nacer en un lugar o en otro.
Hay que alimentar las sonrisas hasta llegar al máximo de sus capacidades, hay que dejarlas llenas hasta arriba para que nunca se acaben las reservas.
Para que se pueda tirar de ellas cuando la vida pase y la cruda realidad ataque.
Para que la ilusión y la inocencia siga presente aunque se endurezca la vida.
Para que hoy y mañana, sigamos siendo niños todavía.

jueves, 6 de enero de 2011

El encantador de camellos

(Foto:unavueltadeldestino.wordpress.com)

En este día de Reyes tan especial, comparto con vosotros la entrevista de un intrépido reportero de SER Madrid Norte, que se ha ido ni más ni menos que a entrevistar a un entrenador de camellos mágicos. 
Cualquier parecido de las voces de todos ellos conmigo, es pura casualidad por supuesto...

miércoles, 5 de enero de 2011

Los dos Reyes Magos

(foto:lasmanualidades.com)


Cuando la luz del pasillo se apagaba, una tenue luz se adivinaba a lo lejos a través del cristal de la puerta de mi cuarto. Era necesario hacerse el dormido y mantener casi la respiración para no hacer ruido, cuando una silueta detenía sus pasos frente a mi puerta y durante unos segundos comprobaba el silencio.

- Duérmete ya - se oía unos pasos más allá, mientras una risa nerviosa se mezclaba con el crujir del parqué del suelo.

No importaba, los Reyes Magos siempre venían, si no te dormías ellos podían hacer magia para atravesar las ventanas del salón y depositar los regalos.
Subí las sábanas hasta justo debajo de mis ojos, mientras apretaba con fuerza mis manos y contenía no sólo el aliento, sino también la vejiga para aguantar la necesidad provocada por el nervio.
Ocurre que los estados nerviosos resultan agotadores y más para los cuerpos pequeños, así que finalmente me rendía al sueño y mis ojos se cerraban ajenos a lo que desde ese momento ocurría.
Mientras un Rey Mago vigilaba y se encargaba de los asuntos organizativos, el otro pasaba unas cuantas horas en proceso de montaje. Cualquiera que alguna vez haya intentado colocar bien todas las piezas de un juguete, sabe que la cosa no estan sencilla como aparenta.
Pero ese Rey Mago era especialmente habilidoso, siempre lo ha sido, aunque a veces no estaría mal que se dejara aconsejar un poquito más, pero eso es otro cuento.
El organizador y vigilante, se encargaba de construir un camino de caramelos que unía el salón con cada una de las puertas de las habitaciones. Para mi desgracia la mía quedaba más cerca. Aunque de poco me servía eso teniendo cerca una ladrona de caramelos, pero eso también es otro cuento.
El despertar siempre era el mismo:

- Nacho... - voz suave, pero zarandeo menos suave de regalo- dezpierta, que zeguro que ya han venido.

No podía verla, no eran ni las seis de la mañana y la oscuridad era total. Pero aún creo que siempre iba a buscarme porque ella prefería que yo fuera delante por si las moscas.
Yo por si acaso, también prefería ir primero a la habitación de mis padres, que se levantaban sin más remedio de la cama, con unas ojeras hasta los pies (no sé por qué), y nos acompañaban hasta el salón.
Tantos años después, recuerdo puntuales regalos de aquellos días, de todos esos años de emoción, de nerviosismo, entusiasmo y alegría.
Algunos dicen que pudieron ser cuarenta, oficialmente siempre se ha hablado de tres, pero el número no importa.
Ayer, hoy y siempre, agradeceré el amor, la dedicación y el esfuerzo, de mis dos Reyes Magos.

martes, 4 de enero de 2011

No me pesan los bolsillos

(foto:1de3.com)

Cada vez que me hablan de precios armonizados se me erizan los pelos, y que conste que tengo unos cuantos a lo largo y ancho de mi cuerpo.
La economía me da urticaria y se me atraganta en sus conceptos, inventados sin duda para despistar al ciudadano de a pie con sus siglas.
Para mí un índice siempre será un dedo y la bolsa si no es con asas  me resulta incómoda. Si encima me la cobran, ya me tocan la fibra, por decir algo sin hacer referencia a otro tipo de bolsas, las testiculares, que sin duda le darían un toque ligeramente más grosero a este escrito.
No hace falta ser un tiburón de Wall Street para percatarse de que no salen las cuentas. Suben los precios de todo, menos los sueldos, que siguen más congelados que los hielos de mi nevera, que se les formó una capa alrededor de las cubiteras y no hay Dios que consiga sacarlas.
Me pesan los años, las cargas de las facturas, pero no los bolsillos. Ligeros de equipaje van pasando los años sin que todavía sea capaz de encontrarles los agujeros, porque por algún lado deben tenerlos. Desde hace tiempo mis pantalones van con las orejas fuera.
Escucho hablar de los parqués y no me cabe duda de que algún día acabarán por acuchillarlos.
Tengo tarjetas de crédito, pero no rédito.
Tengo un préstamo que no se paga con el Santa Rita, lo que se da no se quita.
Y si firmo un talón, ni el mismísimo Aquiles me lo cambiaba por el suyo.
Me he comprado una hucha de cerdito y si siguen así las cosas acabaré comiéndomela a mordiscos, que siendo como son los chinos, estoy seguro de que ya le han sabido poner cierto sabor a jamón a la cerámica.

lunes, 3 de enero de 2011

Restos de ceniza

(foto:humoristech.blogspot.com)

Siempre me ha molestado el humo del tabaco. Me desagrada respirar aire cargado de nicotina, que mi ropa se quede impregnada con un olor que necesita airearse durante horas antes de desaparecer. Me molesta comer, beber o hablar en un lugar lleno de humo, me produce irritación de garganta de ojos y de humor.
Me sorprende cuando los fumadores hablan de su derecho a encenderse el cigarro, pero no comprenden mi derecho a que no lo hagan. Es un cruce de libertades que hasta el momento perdiamos siempre los no fumadores.
Algunos creen que ya no irán a los bares, lo que me hace pensar que quizá tendríamos que ser los demás los que no ejerzamos nuestro derecho a ir para que puedan hacerlo ellos. El matíz es que yo no haré nada en ese bar que invada la libertad de cualquiera de los allí presentes. Si me pongo a gritar, seguro que también me mirarían mal e incluso me echarían.
A pesar de ello, no entiendo estas cuestiones de leyes nuevas que son tan contradictorias que acaba por verse el plumero del que las crea y aprueba.
Algo que se considera tan dañino, adictivo, y que enferma a activos y pasivos, se aparta como una peste social. Sin embargo, no se prohibe por completo. No se puede fumar en casi ninguna parte, los medios de comunicación viviremos con un tabú humeante, pero la hipocresía económica alcanza unas cotas asombrosas.
La industria tabacalera genera tal cantidad de millones de euros al año, que no interesa acabar con ella. Se maquilla con leyes como la recién aprobada, se invierte dinero propio y ajeno en acondicionamientos inservibles, y se genera el cabreo de los adictos.
Es decir, que se quiere seguir ganando dinero mientras se cubre la imagen y se señala con el dedo a los que quieren gastarse su dinero en lo que les da la gana, aunque les mate.
No sé si prohibir está unido a que la gente deje de hacer algo, suele ocurrir lo contrario.
Lo que sí que veo, es que comenzamos el año como terminamos el anterior, con un generalizado y enorme cabreo.

domingo, 2 de enero de 2011

Al otro lado del espejo (XVI)

Seguimos dedicando nuestra sección de enigmas y misterios de la historia, a temas relacionados con la navidad. En esta ocasión hablamos de la figura de Jesús de Nazaret y las posibles incógnitas que rodean a su persona.