martes, 14 de diciembre de 2010

Latigazos a la vergüenza

(foto: intereconomia.com)

No entiendo el mundo y sus barbaridades. Sus machismos repugnantes y sus fanatismos fuera de cualquier pensamiento que se acerque a lo coherente.
Podemos cambiar las cosas pero solemos estar demasiado ocupados en nuestros asuntos. Levantamos la cabeza lo justo para observar aquello que hace ruido, pero no lo suficiente para alzar la voz o tomar medidas.
Imágenes que recorren medio mundo, en las que una mujer arrodillada pide clemencia mientras es castigada a latigazos por el grave hecho de usar pantalones. Esto ocurre en Sudán, pero seguramente que está sucediendo en muchos otros puntos del planeta.
Me indignan las atrocidades que nos rodean y  que parecen sacadas de un pasado oscuro, pero que por desgracia forman parte de nuestro dia a día, más cerca de lo que pensamos y queremos creer.
Hay que gritar basta, tenemos que mirar la realidad sabiendo que lo global afecta a lo particular, que si no luchamos por la igualdad y los derechos humanos, ya no nos queda nada.