Hay músicas que se meten por debajo de la piel hasta producir un estremecimiento en los sentidos, una sensación de congoja, de relajación, o de alegría.
Con ellas podemos transportarnos mentalmente hasta cualquier lugar, incluso con personas que ya no están con nosotros.
Es la magia de la música, su esencia.
Tan sólo hay que cerrar los ojos, y dejarse llevar...
