jueves, 9 de diciembre de 2010

Descontrolando al personal

(foto:letrasdehercules.com)

El puente se termina y deja el sabor amargo de los truenos que se colaron en la fiesta de la calma, de las ilusiones de muchos y las reivindicaciones incomprendidas de otros. 
La lluvia sigue cayendo con fuerza deshaciendo los últimos vestigios de la construcción que sirve para unir, pero que en esta ocasión ha hecho insalvables las distancias.
Me aprieto el cinturón del entendimiento, pero me faltan orificios para insertar la hebilla de la lógica y de las buenas intenciones.
Las alegrías suelen ser pasajeras y, en este caso, gracias a un sencillo juego de palabras, también lo son las penas.
Pasajeras y pasajeros que veían desde tierra despegar los billetes de sus cuentas corrientes, mientras que las ganas se quedaban en tierra y las sonrisas no podían embarcarse ni siquiera facturadas.
Todos tenemos nuestros derechos y obligaciones, si peleamos por conseguir los unos, debemos de la misma manera respetar los otros. Así es el juego, no vale tirar el tablero al río si la respuesta no me la dan por buena.
Nos quejamos de la imagen de este país que aún sigue dando estertores de un spain is diferent, que sirvió de eslogan pero también de retrato de una sociedad que en demasiadas ocasiones es un quiero y no puedo.
Queremos organizar Olimpiadas, Mundiales de fútbol y estar a la vanguardia del resto de Estados de Europa y del planeta entero. Pero no llegamos.
Seguimos dando la imagen de desastre, colapsando a medio mundo que quiere hacer turismo dentro y fuera de nuestras fronteras, y asombrando al otro medio con chapuzas que así nos hacen lucir el pelo.
España sigue siendo para los extranjeros ese lugar de sol, en el que poder emborracharse y realizar todo aquello que no les permiten hacer en sus lugares de origen.
A ver si aprendemos de los errores y dejamos los sainetes para los corrales de comedia.
España es diferente, no hay duda. A ver si somos capaces de verlo entre todos y llegar de una vez por todas al lugar que nos corresponde.