lunes, 23 de mayo de 2011

Resaca electoral



Trece horas duró la jornada laboral de ayer y mis neuronas están haciendo skate dentro de mi cabeza. Me patina hasta el bulbo raquídeo.
Desde las 10 de la mañana hasta casi las 12 de la noche contando a través de las ondas, participaciones y escrutinios, para empezar a re-contarlo a las 6:30 de la mañana.
Hubiera sido mejor negocio equiparme con un saco de dormir y quedarme a pasar las pocas horas de noche acompañando al fantasma Dieguito que andurrea en esta no tan Santa casa.
En la pizarra, abriéndose hueco entre listados, mapas y fotocopias varias, continúa mi aportación matutina de ayer en letras mayúsculas: Estoy electo.
Los que estáis acostumbrados a mi "peculiar" humor y jueguecitos de palabras, no hace falta que digáis nada.
Juanma, mi mano derecha e izquierda en la radio (ya que todo programa que se precie, no es nada si no hay un tipo con manos de pulpo y capacidad sobrenatural de hacer que todo suene), remató la jugada con un: así lo dice un chino.
En fin, nosotros nos entendemos.
El caso es que estoy más cerca de Sol que de lo que ayer estuve contando. De los sensatos, eso sí, no de los que se les empieza a cruzar el cable pidiendo cualquier cosa como reivindicación. Me gusta la seriedad en ese tipo de asuntos.
Después de ayer nada cambia, ni siquiera mi interés por la política. Conseguirlo es como intentar meter un gato en un barril lleno de agua.
Es pensar en imputados, sueldos vitalicios, paro, viviendas, bancos y cajas, y la elección se me baja.