viernes, 26 de noviembre de 2010

Dibujando dragones


Pasé más de la mitad de mi etapa escolar plasmando mi imaginación sobre papeles en blanco. Los personajes estaban ahí, esperando a que yo pasara algo de tinta sobre ellos para poder cobrar vida. Todo tipo de animales o seres fantásticos de la naturaleza encontraban su lugar en cualquier espacio apto para el dibujo.
Las palabras planeaban sobre mi cabeza mientras mis sentidos estaban puestos en otras cosas totalmente distintas. Profesores y profesoras con discursos aprendidos, sin interés en conseguir la comprensión de los que escuchaban, dejaban salir de su boca palabras atadas en frases que nunca consiguieron captar mi atención.
Recuerdo a una profesora de Ciencias que pidió una reunión urgente con mi madre para desvelarle lo que ella debía considerar una información transcendente, aunque sin preocuparle demasiado el componente psicológico de la misma: Este niño tiene demasiados pájaros en la cabeza.
Era cierto señora. Mi madre supongo que lo tomó con preocupación, pero yo lo sentí con alegría, por fin alguien (aunque fuera sin querer) comprendía lo que pasaba. Tenía muchos pájaros, pero también lobos, burros, perros, dragones, gatos, leones... todos estaban en mi cabeza y debía dejarlos salir para que fueran libres.
Parafraseando a Antoine de Saint-exupéry: las personas mayores nunca entienden nada por sí mismas.
Un profesor de matemáticas se acercó una vez a mi pupitre mientras yo andaba en plena actividad creativa, agarró la hoja con cara de cierto desprecio y dijo: Los pájaros no tienen cejas.
Los míos sí, le contesté mientras recuperaba el folio ligeramente más arrugado que antes.
Saqué un 0,5 en el siguiente exámen, aunque lo hubiera sacado igualmente. Quizá tuvo algo que ver que la respuesta al problema planteado, la diera un gato dibujado con cara de estar hecho un lío. Con cejas, por supuesto.
Si a alguien le interesa, mi cabeza sigue llena de pájaros, y de peces, jirafas, elefantes, caballos, marcianos, ardillas... no pasa un sólo día en el que alguno de ellos sea liberado.
Soy quien soy gracias a ellos. Son reflejos de mi mismo, de mi mente, de mi forma de ver la vida.
Personajes de dibujos que son mis pensamientos plasmados en hojas.
¿Quién dice que los pájaros no puedan tener cejas?