lunes, 8 de noviembre de 2010

Bye Mr. Walkman


Los tiempos cambian a una velocidad de vértigo, de eso no hay duda. A su paso arrastran costumbres, tradiciones y recuerdos, que se quedarán en la memoria de algunos hasta que finalmente no sean más que reliquias de un invento revolucionario que años después acaba desprestigiado sin pudor alguno.
Las nuevas generaciones han nacido con un ipod en el bolsillo, o incluso con un reprodutor Mp3 que ya les parece pasado de moda. En el fondo creo que ellos se lo pierden.
Vale que todos acabamos cambiando lo antiguo por lo moderno, pero a mi por lo menos me deja un regustillo agradable haber tenido la oportunidad de catar y palpar otras cosas.
En su momento tenía su encanto poder escuchar tu música preferida en una cinta, dentro de un walkman que poco a poco los fueron haciendo más pequeños, pero que más de uno llegamos a tener verdaderos ladrillos en nuestras manos.
Además, hay una serie de cosas que todos hemos hecho alguna vez con las cintas. Por ejemplo, ponerle papel celo tapando los agüjeritos de arriba para poder grabar en ellas, utilizar un boli bic para rebobinar sin gastar pila, alisarlas y desengancharlas cuando se quedaban atrapadas en el mecanismo del walkman, e incluso hacer empalmes con celo cuando alguna se rompía, o si queríamos alargar la duración de nuestro disfrute musical.
Las cosas se van pasando de moda pero permanecerán vivas en nuestros recuerdos. Cosas tan aparentemente simples nos aportan datos de lo vivido, nos provocan un gesto sonriente cuando hacemos ligeramente memoria.
Las cintas apiladas en algún rincón nos recuerdan lo pasajero de las cosas, pero lo que se puede disfrutar de ellas casi sin darnos cuenta de que lo hacemos. Sony anuncia que dejará de fabricar estos reproductores portátiles de cintas, los que en su dia fueron el revolucionario walkman que apartaba al vinilo, y al escuchar la noticia es inevitable la nostalgia.
El futuro nos seguirá deparando grandes cambios, pero en nuestros recuerdos nosotros seguiremos siendo los mismos de entonces, aunque adaptados al medio y con historietas al más puro estilo abuelo cebolleta de los tiempos vividos.