miércoles, 22 de septiembre de 2010

Vampíros energéticos


Son muchos los tipos de parásitos que se nutren y viven a costa de otros. En el mundo animal exísten las garrapatas que hunden su cabecita y absorben toda la sangre que pueden, antes de ser descubiertas y arrancadas. Igualmente, los murciélagos camuflados en la noche, se enganchan a los lomos de las vacas para alimentarse y poder sobrevivir.
En el entorno del ser humano, desde hace siglos se habla de la figura del vampíro, el clásico chupasangres con colmillos afilados que tanto se ha puesto de moda con nuevas sagas como Crepúsculo e infinidad de series televisivas.
Es difícil saber si exísten  este tipo de seres, pero cualquiera afirmaría que son sólo leyendas, ficción llevada a la literatura o al cine. Sin embargo, hay un tipo de vampiro que sí que existe. Son personas de carne y hueso, no les afecta la luz del sol, ni los ajos, y si les clavas una estaca en el pecho se morirían como cualquiera de nosotros.
Esta especie vampírica se alimenta de la energía de otros, de sus fuerzas, de su positividad y sus ilusiones. La realidad es que son personas que necesitan provocar el enfado ajeno, sembrar cizaña y aprovechar que alguna de sus víctimas baje la guardia para proceder al mordisco. No deja huella, pero sí hace mella.
Muchos habréis notado la sensación de tensión, de desánimo o de impotencia ante algún compañero de trabajo, un familiar, o quizá un amigo que permanentemente os hace la vida imposible. Si es así, es que os habéis llevado un mordisco.
Se apropian de tus ideas para hacerlas suyas, se apuntan éxitos conseguidos con el esfuerzo de otros para llenar sus vacíos pechos de medallas. Te hacen dudar de tus capacidades y de tu valía, permanecen al acecho de cualquier error o síntoma de duda que reflejes, para acentuarlo y sacar partido de ello.
A fin de cuentas te chupan la energía de tal forma que llegas a agotarte y a querer rendirte. Pero no hay que hacerlo.
Como en otras ocasiones he dicho, la mejor lucha es una sonrisa, la firmeza y la humilde seguridad en uno mismo. No os dejéis arrastrar por el desánimo o por la oscuridad  interior de estos seres, que están en el mundo para mostrarnos nuevas enseñanzas y hacernos mejores.
Un corazón pleno, felíz y cargado de buenas energías, jamás puede ser vencido por cualquier Guerrero que se preste.