miércoles, 28 de septiembre de 2011

Yo conmigo mismo


A veces me paro a pensar en la posibilidad de que el ser humano, tuviera la capacidad de viajar en el tiempo, en concreto al pasado.
Si cada uno de nosotros tuviera la oportunidad de sentarse junto a ese niño que fuimos, ¿qué nos diríamos?.
Tal vez le contaríamos las metas que alcanzará en la vida, que no debe sufrir por las cosas que le pasen.
Quizá le pediríamos que no hiciera algo en concreto para no torcer nuestro camino.
Sería como una segunda oportunidad de mejorar lo hecho con el paso de los años. Pero lo malo, quizá sea lo que tiene ser, probablemente es una sencilla cuestión del destino de cada uno y nunca podría cambiarse.
Con el paso de los años, echas la vista atrás y piensas en lo que hiciste o dejaste de hacer, lo que aprendiste mientras la infancia se iba alejando y llegaban los problemas que eran desconocidos y exclusivos de los padres.
Me gustaría sentarme al lado de ese niño que fui yo mismo, decirle que siga haciendo las cosas de ese modo, que a pesar de lo malo todo irá bien.
Espero que se siente a mi lado ese otro yo de dentro de unos años y me de una palmadita en la espalda mientras me dice: ¿lo ves?, al final lo conseguiste.