miércoles, 21 de septiembre de 2011

El flautista de amaneceres


Despertó al sol con el dulce sonido de su flauta, con la música que llenaba el viento de notas cautivadoras y el olor al fresco pasto de la mañana.
Las estrellas le siguieron como a un flautista de cuento que con su sonora magia consigue que hasta el más inanimado de los seres marche al compás de sus pasos.
Alcanzó la cima de la colina, esa cumbre en la que las palabras se juntan para mostrar las emociones, los sueños y los miedos hasta convertirse en frases.
Detuvo el soplo de sus labios y las notas se mantuvieron sostenidas en aire mezclándose con las estrellas.
El amanecer aportó su cálido bostezo y convirtió los cuerpos celestes en rocío de la mañana.
La música destensó la sonrisa y el flautista, se quedó sentado en la colina mientras inspiraba el olor de las flores escarchadas.
Respiró y penso, en todas aquellas personas que ya no estaban.