(foto: anibal-librosysurtidores.blogspot.com)
Hay veces que conoces personas con las que la fortuna te brinda la oportunidad de intercambiar unas palabras, una entrevista, o una simple conversación. A día de hoy puedo decirlo, incluso con varios ejemplos, y con la convicción de que probablemente sean muchos más en un futuro.
Ayer las letras entristecieron demasiado para dejarse leer y en mi agenda de contactos quedó un número huérfano de amabilidad, de cariño e inteligencia.
Recuerdo las entrevistas distendidas y encantadoras de esta gran defensora de la educación, que a los 85 años decidió partir en busca de nuevas historias que plasmar en hojas en blanco aún por llenar.
Agradezco siempre a los que nos regalan su talento y su forma de pensar, incluso si las ideas no son compartidas.
Esta profesión merece la pena porque te permite conocer gente como Josefina Aldecoa.
Me quedo con su trato cariñoso y amable, con sus letras, con un grato recuerdo.