lunes, 14 de febrero de 2011

San Ballantine´s

(foto:tecnologia21.com)


El amor no puede ser cuestión de un solo día al año. El odio ojalá fuera algo tan límitado como 24 horas, pero en ese caso no sé cómo se las arreglarían los grandes almacenes para hacer negocio.
Nos movemos por impulsos consumistas más que por sentimientos o tradiciones. Oigo cálculos de la media de euros que se va a gastar cada español en el día de hoy, pero no sé qué cantidad de besos o abrazos se van a dar, o cuántas caricias serán repartidas.
Reconozco que nunca he sido partidario de este día, me parece absurdo creer que puede centrarse en una única fecha algo tan importante que debe celebrarse todos los días.
Los hay que intentan autoconvencerse de esto mismo, sugieren que no les gusta celebrarlo y no quieren regalos, pero llegado el día protestan amargamente si se ven con las manos vacías. Es la incongruencia del ser humano.
Yo no sé si la crisis afectará también a los asuntos amorosos. Pero sí sé que casi siempre lo asuntos amorosos afectan a la crisis, especialmente si hay que regalar en cumpleaños, navidades, aniversarios, día de los enamorados y un detalle inesperado de vez en cuando.
Yo creo más que el día de San Valentín debería ser una adoración al licor y a las botellas de bebidas espirituosas. En la vida es más común el desamor que los amoríos, por eso ahogar las penas en whiskey se convierte en la práctica más amorosa del ser humano.
Para los que estén solos un día como hoy, deben intentar verle el lado positivo. Para los empalagosos, el deseo de que les dure hasta mañana. Y para los del amor habitual y no esporádico, que lo mantengan y lo alimenten durante todo el año, no exclusivamente durante un día.