jueves, 22 de julio de 2010

La risa

No hay nada más sencillo que la risa. Cuesta poco esfuerzo y los beneficios que obtenemos con ella son infinitamente mayores a los que podemos conseguir de cualquier medicamento. Algunos pensarán que no es tan fácil, pero hay que pensarlo con ganas, ¿acaso no es más sencillo provocarse una risa forzada que unas lágrimas?. 
Otros tantos pensarán en sus desgracias y particularidades, sacando como conclusión (que realmente una conclusión no es más que dejar de pensar y quedarse con una idea concreta muchas veces por pereza a buscar más), que hay veces que no sale de dentro reirse cuando las desgracias no te dan tregua.
Personalmente siempre he sentido admiración por esos africanos que vemos casi siempre por televisión, que no tienen ni qué llevarse a la boca, y sin embargo, el blanco de los dientes que pueblan sus sonrisas son una lección de humildad y nos muestran reflejos de lo inconformistas que somos en demasiadas ocasiones.
Siempre hay alguien que está peor que tú y se queja menos, es una realidad estadística, no falla. 
Hay veces que cuesta, es cierto, pero no se consigue nada lamentándose. Así que es mejor que cada mañana practiquemos la mejor de nuestras sonrisas, que os aseguro, son el mejor recurso para ganar todo tipo de batallas.