miércoles, 21 de julio de 2010

La Libertad

La Libertad es una palabra que debe escribirse con letras mayúsculas, tan mayúsculo como el derecho de cada uno a tener la suya propia sin invadir la ajena. No es un privilegio, sino un derecho de cada individuo que debe ser respetado más allá de cualquier ideología política, religiosa, o de cualquier otra índole.
La distracción intencionada e interesada del panorama internacional, debe considerarse como una complicidad tan intolerable como el propio atentado contra un derecho que se viola con demasiada frecuencia y que se castiga en escasas situaciones.
Que se compren conciencias y favores con miles de dólares, armas o petróleo, no son más que otras de las prácticas habituales de tiranos camuflados bajo falsos nombres de democracia. Con excusas baratas de antiguas victorias electorales se intenta convencer de una legitimidad tan falsa y manipulada como cada uno de los comicios celebrados.
Adoptan figuras libertadoras como el Ché Guevara o Simón Bolívar, que si levantaran la cabeza de sus tumbas, es más que probable que se alzaran en armas contra el que tanto les nombra. Personas que lucharon contra la sumisión y la tiranía jamás se pondrían del lado de un bando tan corrupto.
El miedo es la mejor arma contra una ignorancia conservada intencionadamente con esfuerzo y dedicación, la necesidad del pobre se aprovecha para difundir un mensaje falso y lleno de violencia amputadora de mentes libres.
Ante las compradas miradas permisivas de algunos, se cierran televisiones y radios que se muestran opuestas al mal llamado Gobierno, porque en realidad es un desgobierno. No sólo se cortan las alas de los que informan sino también de los que tienen el derecho a estar informados. Es mejor poner la mordaza a aquellos que dan luz a los puntos oscuros.
Se repite la violación de derechos humanos con un descaro y una desfachatez insultante. Países maravillosos con gente maravillosa no se merecen estar represantados por imágenes tan deplorables.
Si perdemos nuestra libertad, o permitimos que se las roben a otros, ¿qué tenemos en realidad?.
Aunque el Dictador se vista de seda, Dictador se queda.