martes, 13 de diciembre de 2011

Trece, mal número si no crece

(Foto:lifeand100books.com)

Hoy sigo pensando que la mala suerte no se encuentra en las esquinas, ni llega de cualquier manera sin previo aviso.
La mala suerte es un cúmulo de pensamientos pesimistas, de energías negativas. A perro flaco no todo son pulgas, muchas veces se rasca incluso estando desparasitado.
Hay personas que se regodean en su supuesta mala fortuna, incluso lo convierten en una forma de vida y se lamentan cuando en realidad ellos son los únicos culpables de su suerte.
La negatividad no atrae lo positivo, no es una cuestión de polos opuestos que se juntan, sino de malas o buenas vibraciones que van acumulándose cada cual con las de su especie.
La superstición es para los que necesitan justificarse.
La buena suerte hay que buscarla, está ahí fuera, aunque a veces no la veas, siempre es posible encontrarla.