viernes, 16 de diciembre de 2011

Párpados de cemento

(Foto:felipe-benitez-reyes.blogspot.com)

Tengo más sueño que los protagonistas de Pesadilla en Elm Street, que se quedaban despiertos para que no les pillara freddy Krueger.
Los párpados me pesan como dos elefantes marinos y los ojillos los tengo más aguados que un campo de arroz de Indochina.
Y es que las cenas de navidad tienen sus consecuencias cuando se madruga tanto. Terminé con más cafeina en vena, que sangre el Conde Drácula recién comido.
Para aguantar hasta la 1 el plan era perfecto, pero para levantarse después a las 5:30, hago de nuevo referencia al arrozal indochino, ya que el plan hacía aguas por todas partes.
Tenía los ojos como los platos de cerámica que colgaba mi abuela en la pared de su casa. Todo lo contrario que ahora.
Así que sólo queda un opción, más cafeína. Me llamo Nacho y soy cafeinómano.
El mundo está en crisis, pero conmigo jamás quebrará CocaCola.