martes, 29 de noviembre de 2011

Vivir todavía


La vida se compone de pequeñas cosas que nosotros agrandamos según nuestras necesidades psicológicas correspondientes.
Nada es importante por sí mismo, nosotros elevamos a la categoría de fundamental lo que deseamos, lo que tememos, o lo que nos preocupa.
La relatividad de la vida es útil para sentirnos tranquilos o para morir en el intento.
El que diga que pasa de todo miente. No existe en el ser humano la capacidad absoluta de desentenderse de cuanto le rodea, no se puede desconectar de la vida, ni huir del destino establecido o del que nos vamos forjando.
Vivir es un cúmulo de detalles que dan forma al futuro, que colorean el presente con las tonalidades que cada uno de nosotros seleccionamos incluso de manera inconsciente.
Despertar cada día es un reto a la muerte y una mirada directa a los ojos de la vida.
Una mirada, una risa, un olor, una caricia, son pequeñas cosas que nos recuerdan que mañana está aún por escribir y que hoy es siempre todavía.