miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cuestión de feeling


El contacto entre personas tiene una parte fundamental que hace que la relación sea satisfactoria o no, es un conjunto de sensaciones, de vibraciones, de las energías desprendidas de cada cuerpo.
Es en resúmen una cuestión de feeling.
Supongo que es una reacción de instinto animal, ya que incluso a los perros les ocurre lo mismo. Al encontrarse puede que se gruñan, se saquen los dientes o muevan la colita mientras se olisquean ciertas partes que no voy a detallar.
Tengo la firme creencia de que en la vida siempre hay que dejarse llevar por ese instinto que te dice si debes o no debes hacer algo.
Cualquier decisión implica unas sensaciones.
Una vez tomada, a veces pensamos que nos equivocamos en nuestras percepciones y por lo tanto en la elección, pero en realidad quizá no era tan errónea.
Lo malo puede resultar lo mejor a la larga.
No me gustan las personas hurañas, las que sus palabras suenan a cuchillo afilado y a desconfianza.
Me da igual si es aquí o allí, porque la felicidad no está en los lugares sino en nosotros mismos.
En la vida el que no arriesga no gana, tanto para un como para un no.
Es una cuestión de feeling.
La felicidad es una disposición de la mente. No lo olvides.