martes, 24 de agosto de 2010

Plantando galletas

Hace años tenía un amigo, no es que solo tuviera uno (o quizá sí, a veces es difícil saberlo), que pasaba las horas en su terraza rodeado de macetas. Tenía la extraña afición de coger una galleta y trocearla bien, en pequeños fragmentos. Con sumo cuidado introducía cada uno de esos pedacitos en las macetas ya preparadas, con su tierra húmeda y la mejor orientación al sol. 
Cada día al caer la tarde, llenaba la regadera con agua fresca y la rociaba sobre sus pequeñas plantaciones con delicadeza para no erosionar la tierra perfectamente alisada. Era como un ritual que llevaba a cabo con una sonrisa que iluminaba su cara y con una puntualidad que no entendía de visitas o de miradas curiosas.
La gente le miraba con una mezcla de extrañeza y mofa, que por lo general se traducía en chistes y risotadas acompañadas por gestos que anunciaban su demencia.
Un día me acerqué a él mientras realizaba su minucioso ritual de regado y observación de la tierra.
- ¿Sabes que de ahí no saldrá nada, verdad?- le dije con mi sarcasmo característico.
- ¿Por qué no?- me dijo extrañado.
- Bueno, porque lo que has plantado son galletas. No puede brotar nada de una galleta.- le expliqué condescendiente.
- ¿Y si lo hace?
- Pues sería un milagro. Además, todo el mundo te mira como a un loco y se ríen de tí.
- La gente se ríe de todo aquello que no entiende, no por eso hay que dejar de hacer las cosas. La ilusión y la esperanza es lo que nos hace felices y nos mantiene vivos. En la vida, de todo lo que hacemos, mientras no hagamos daño a los demás, siempre brota algo.

Así que desde entonces, tengo reservada en mi terraza una maceta especial en la que de vez en cuando entierro trocitos de galleta y cada día, poco a poco, la voy regando. 
Con el paso de los años uno puede llegar a darse cuenta de que cuando las personas nos hacemos cachitos pequeños, casi migajas, con la paciencia, la ilusión del riego y el calor del sol, siempre brota una nueva vida, más fuerte que la anterior y cargada de una felíz esperanza.