lunes, 16 de agosto de 2010

El efecto boomerang

En la vida hay reglas escritas y otras sin escribir. La auténtica similitud entre ellas es la frecuencia con las que ambas se cumplen o se dejan de cumplir. 
Las no escritas suelen contar con un número más elevado de escépticos que las discuten, pero no por ello dejan de ser conocidas e incluso respetadas. 
El mundo está lleno de maldades y personas que hacen daño a los demás. Muchos pensarán (seguramente los escépticos de las reglas no escritas) que los malos comportamientos a veces pasan inadvertidos y que probablemente nunca se paga castigo por ellos. Pero no es verdad.
Cada acto, cada jugada que hacemos en esta vida tiene su consecuencia como si de la trayectoria de un boomerang se tratara. Todo lo que lanzamos nos vuelve.
Así que aquellas personas que a lo largo de su vida hayan sido malvados y despiadados con otros, que hayan actuado por encima del daño causado a terceros, verán como antes o después, la vida devuelve aquello que un día lanzaron.
No te canses de dar aunque pienses que nunca recibes, porque al final siempre todo tiene un trayecto, más largo o más corto, pero siempre hay un final.
Y para aquellos que hayan hecho de la soberbia y la envidia su bandera, llegará el día en el que todo lo negativo que enviaron tomará su camino de vuelta.
Aunque aún así, quizá tengan la suerte de contar con la mano de los que un día dañaron, para perdonarles y mostrarles su lástima y condescendencia (es lo correcto), para pararles sobre sus cabezas la última parada del efecto del boomerang de sus vidas que acaban.