jueves, 4 de agosto de 2011

La terapia del tren

(foto:http://www.noticiassin.com)


La credulidad del ser humano no tiene límites cuando se trata de panaceas o métodos misteriosos de sanación.
En Indonesia cientos de personas enfermos de reumatismo, escoliosis, artritis, hipertensión, insomnio y otras dolencias, se tumban en las vías del tren y se agarran a los hierros para recibir las pequeñas descargas eléctricas.
Se puso de moda después de que un chino quisiera suicidarse, pero enigmáticamente su estado de salud mejorase tras su peculiar intento de acabar con su vida. 
Ningún médico aconseja la práctica y las autoridades han comenzado a utilizar fuertes sanciones como arma disuasoria. Pero todo es inútil.
Muchas veces me he planteado el poder mental de los enfermos para mejorar o empeorar en el proceso de una dolencia. La actitud o la mentalidad del paciente puede ayudar en algunas ocasiones, aunque siempre hasta un límite.
Lo que queda claro es que somos capaces de todo con tal de encontrar una solución a nuestros problemas. No importa el riesgo ni lo ridículo que pueda resultar nuestra tarea.
Por si acaso hay algún lector intrépido, que no lo intente.
Después de hacer la obra en mi casa, si toco el fregadero y el lavavajillas a la vez, me da corriente. Os aseguro que no se me ha curado la contractura en la espalda.