lunes, 1 de agosto de 2011

Adelanto electoral

(foto:http://lascosasdecandido.wordpress.com/)


Y vuelta la mula al trigo, como decía mi abuela.
Aún sin completar nuestra recuperación de las anteriores elecciones, nos encontramos de nuevo con otra cita en el horizonte que promete remover los cimientos.
El adelanto de las elecciones generales cierra el ciclo de las cosas que Zapatero dijo que nunca haría y ha terminado por hacer.
Los de la rosa con el agua al cuello y los de la gaviota con una euforia mal contenida que se les escapa en las comisuras de las sonrisas.
Los hay que se ven perdidos y otros que se sienten vencedores. En estas cosas nunca se sabe, pero parece que de nuevo se darán el testigo los partidos mayoritarios de nuestro país para seguir haciendo de las suyas.
Aunque yo me imagino que en esta carrera de relevos, en vez de pasárselo en mano, se lo lanzan lejos para que tarden más en ir a buscarlo.
Nos esperan unos meses de matracas y dolores de cabeza intensos. De discursos, mitines y quizá hasta debates.
Los votantes fieles del PP irán en masa a las urnas. Los pocos fieles de la izquierda harán lo propio.
La gran mayoría, los que estamos en ese saco de los llamados votos indecisos, seguiremos pensando que no estaría mal que hubiera más alternativas.
Ni me gusta el de la R, ni el de los chuches.
Volverán las promesas como oscuras golondrinas.
Nos queda el verano, así que armaros de valor y paciencia, que el otoño promete ser más largo que un día sin pan.