lunes, 8 de octubre de 2012

Los sueños, sueños son

(foto:http://benditoseas.50webs.com/)

Cada sueño que existe es propiedad del que lo sueña.
Adopta las formas deseadas por el soñador, sin importar la dificultad de su realización, o la dureza del camino que lleve a alcanzarlo.
Los sueños también se deshacen como cartón que se moja después de que la lluvia les caiga encima.
Lo onírico puede tener una similitud energética, siempre y cuando se mire desde un prisma Einsteniano (que aunque no exista tal término, es el más apropiado).
Los sueños no se crean ni se destruyen, sólo se transforman.
La capacidad de soñar nace con el ser humano y se transforma de las maneras más variopìntas según la vida avanza hacia uno y otro lugar concreto.
Los sueños no se rompen, al igual que las ilusiones. Tan sólo se pierden las expectativas, que es aquello que nos creamos más allá de los sueños y las esperanzas.
La ilusión siempre está viva y es el polvo de hadas que hace volar a las mentes soñadoras.
Si hoy no alcanzas lo anhelado, si flaquea la ilusión, piensa que nada es eterno, que no hay mal que cien años dure, que es posible algo mejor.
Los sueños realizados son aquellos que nunca dudaste conseguir, aunque cueste, duela y haya que ponerle tesón.
Vivir soñando o soñar con vivir mejor, la vida es una sola y los sueños, sueños son.