jueves, 2 de agosto de 2012

Momentos



La vida se compone de momentos y de personas que se cruzan en nuestro camino con una misión determinada. Los momentos son aprovechados o rechazados a partes iguales, aunque siempre hay que tener en cuenta que en un futuro puede surgir el arrepentimiento por opciones que se dejaron pasar de largo.
Por lo general nos alegramos menos por lo acertado, y nos quejamos más por la oportunidad que tuvimos y dejamos pasar.
Supongo que es de poco inteligentes no valorar lo que se ha obtenido a base de esfuerzo y decisiones, pero el ser humano está hecho para anhelar lo perdido, o desear lo que no es posible, y desperdicia gran parte de su vida con lamentos que nunca son la receta para mejorar y darle más sabor a la vida.
¿Qué importa si la situación no es la utópica y soñada?
Todos sabemos sacar partido a la realidad por más distinta que sea al esbozo que un día pintamos en nuestras cabezas. De pronto te das cuenta de que no existe una sola opción, sino que hay muchas piezas en el mundo que van componiendo el puzzle.
Mejor adornar la casa con objetos bonitos, que golpear las paredes pensando que otro lugar sería más propicio. El hogar es aquel que tiene nuestra esencia, y eso es algo que no puede comprarse.
Las personas que presumen de lo material, son el reflejo de una triste existencia necesitada de una llamada de atención, incapaces de conseguirla por sí mismos. 
Hay luces que no pueden ser eclipsadas. No hay nubes capaces de tapar las estrellas, sólo hay que subir un poco más alto para poder observarlas con su radiante belleza.
Quizá alguien sólo pueda brindarte una sonrisa, una mirada, una pregunta oportuna, o una sensación de calma. 
¿Acaso no es más de lo que tenías esta mañana?