jueves, 24 de enero de 2013

Yo sí duermo por las noches


(foto:antesdelfin.com)

Las mentiras no lo son menos porque haya alguien que se las crea. La falsedad es el camino fácil porque no requiere el esfuerzo de ser contrastada, se da como válida a pies juntillas y casi nadie pide las pruebas que se le requieren a una verdad para ser creída.
Lo siento pero ya no paso por ese aro. El que diga algo, que lo demuestre con sus actos o mejor elija la opción de quedarse callado. El favor será beneficioso para todos.
La dictatorial falta de consenso es el final de la motivación con la que un profesional puede levantarse cada mañana e intentar explicar a la gente cuestiones que a veces ni él mismo entiende.
Comunicar y transmitir de forma correcta, ya es una tarea lo suficientemente díficil como para que haya que hacerlo sorteando minas enterradas por el camino.
Son menos peligrosas las balas que vienen de frente, que las que llegan por la espalda del supuesto fuego amigo. Las medallas hay que ganárselas, no que robarlas al que con todo merecimiento las ha conseguido.
La corrupción y la falta de honestidad tiene muchas profesiones y senderos escondidos.
A pesar de todo mi cara sigue mirando al frente y no aminoro ni un ápice mis pasos mientras recorro el camino. Duermo bien por las noches y la honestidad en lo que hago no me amarga, me siento orgulloso de mi trabajo y de lo que hago y digo.
Dime, ¿acaso puedes tú decir lo mismo?
Espero que lo contrastes antes de darme un "sí" definitivo.