martes, 4 de junio de 2013

Tiempo de receso



Hay momentos en los que ciertas cosas se dejan en un segundo plano, no es un abandono, ni nada definitivo, pero sí una forma de concentrar energías en otros menesteres.
Los que seguían este blog, han visto un cambio sustancial en la frecuencia en la que se actualiza este lugar de pensamientos e historias imaginarias.
Si todo sale bien, los esfuerzos ahorrados en estas líneas, se verán recompensados en forma de novela que tiene la más firme intención de entretener e interesar en partes iguales. 
En estas últimas fechas he aprendido que los concursos literarios son un reto, pero que la mayoría de ellos son un saco roto en los que optar al premio es una misión que roza lo imposible. No voy a generalizar, pero hay una mayoría de ellos que huelen un poco a chamusquina. 
Algunos pensarán que el sector literario está muy mal, que es un aventura atrevida insistir en ser escritor en estos tiempos que corren. Quizá tengan razón, pero a lo mejor no.
Un novela corta recién escrita y presentada a concurso, ha sido más leída que muchos libros que se encuentran en librerías, así que gracias a familiares y amigos por ejercer de críticos, pero sobre todo gracias por haber disfrutado de la historia.
Habéis sido parte de mis pensamientos, de mi imaginación, y en general habéis salido satisfechos.
Desconozco el futuro de mis novelas más extensas, de los futuros proyectos, pero mientras haya una sola persona que disfrute con lo que mi cabeza plasma en unas hojas vacías, sin duda, habrá merecido la pena.
Aquí escribo menos, no por dejadez, sino por la lucha sin descanso de otros sueños.