viernes, 4 de noviembre de 2011

Caballito trotador


Sus latidos son como un galope de caballito desbocado, apresurados y sin pausa, con el anhelo de recorrer distancias largas en el menor tiempo posible.
El eco de sus pasos se amortigüan aún en la arena de la playa que diluye sus huellas con el agua del mar.
Atraviesa el viento que se esfuerza en buscar un nombre con el que llamar su atención, aunque todavía apenas responde.
Aún no tiene aroma la brisa de su aliento, la luz de sus ojos, ni el sabor de su sonrisa.
Todavía es un trotecillo alegre que ilumina un mundo de tonos grises y lo convierte en una gran pista de carreras de sueños.
Su latido es como el mío, acelerado, sin pausa para las dudas.
Al galope en un lomo fuerte y una crín llena de luce de colores, de alegrías, de grandes esperanzas.