(Foto:avsansalvador.wordpress.com)
No me considero ni mucho menos un estudioso del comportamiento del ser humano, sino simplemente un mero (de simple, no de pescado) observador de las actitudes y expresiones corporales de la gente que se cruza por mi camino.
Me asombra la capacidad de las personas de destacar siempre lo negativo de las cosas, en vez de quedarse con la parte buena.
Conozco a muchos que jamás serían vendedores de balanzas, fundamentalmente por su incapacidad de mantener un equilibrio coherente en la distribución de los pesos que componen cada asunto de la vida.
Está bien pensar que si te compras un coche de muchos caballos consumirás mucha gasolina, que ahora está por las nubes. O que si te compras una casa grande, cuidado con el gasto en calefacción.
Pero, ¿de verdad es conveniente seguir esa misma lógica para todo?
Me sorprende negativamente el número de personas que ante la idea de tener un hjijo, sólo son capaces de decir: Olvídate de volver a dormir.
No hablan de todos los momentos bonitos, mágicos y maravillosos que puedes vivir o sentir. Ponen en la balanza no poder dormir y les pesa más que cualquier otra cuestión, que ni siquiera mencionan.
Creo que ultimamente mi cara de condescendencia se ha transformado en lástima ajena.
Es una pena que siempre puedan los pensamientos negativos, la tendencia a los contras denostando a los pros.
Quizá no vuelva a dormir, pero francamente, me alegra tanto...