(Foto:cambiodigital.com.mx)
Que conste que no me parece de recibo faltar al respeto a las ratas, tal y como se viene haciendo en las últimas fechas en gran parte de los informativos de nuestro país. Es el calificativo más usado para referirse al Capitán del Costa Concordia, naufragado hace pocos días en costas italianas.
Se sabe que estos roedores suelen ser los primeros en huir cuando la cosa se pone fea, pero creo que ni siquiera estos animalitos peludos hubieran actuado de una forma tan miserable y patética.
Podría pensarse que su conciencia le machacará para el resto de sus días, pero suele ocurrir con frecuencia, que este tipo de personas no cuentan con ese tipo de remordimientos que en otros provocarían insomnio eterno y sufrimiento de por vida.
Lo que es cierto es que siempre los descalificativos hacen referencia al mundo animal, por lo que no sería de extrañar que algún día digan basta y aplaquen su sed de venganza. Es malo que te digan que eres un perro, si no te lavas eres un cerdo, un burro si no sabes nada, si eres cobarde eres un gallina, una ballena si estás gordo. Una mala mujer es una lagarta, una pájara o una zorra. Un hombre sobón es un pulpo, un salido un buitre, si pasas droga un camello, puedes ser una hiena, un loro o una cotorra, un trucha, un mariposón, una serpiente, una gata, y otros muchos animalitos que sirven igualmente para faltar el respeto a alguien.
Aún defiendo que todas y cada una de esas especies nos dan mil vueltas, a pesar de nuestro complejo de superioridad y de creer que estamos siempre por encima de cualquier otro ser vivo de este planeta.
Aún siguen apareciendo cadáveres y queda demostrado que el Capitán fue el primero en abandonar el barco.
¿Una rata? No. Simplemente un humano, un maldito cobarde.