Dicen que el tiempo pasa rápido, que los años se van volando, y que según te vas haciendo mayor la vida parece correr más deprisa.
El tiempo es el mismo pero probablamente la percepción cambie con los años.
Existe el problema de limitarnos a pasar las hojas, a tachar los días en el calendario y sentirnos vacíos, con la sensación de que esos instantes que se han ido para no volver, no fueron aprovechados.
Siempre hay tiempo para empezar de nuevo.
Lo bueno que tiene la vida es que cada momento es impredecible y las oportunidades son inagotables.
No sólo hay segundas oportunidades. También terceras, cuartas e infinitas si a cada día le das una nueva oportunidad de partir desde cero.
El último mes del año hace su entrada y siempre es buen momento para pensar en mañana.
Dentro de poco llega un nuevo año, doce meses enteros para conseguir lo que siempre has buscado.
Es sencillo. Basta con que te animes a encontrarlo.