Cómo decirte, que quiero estar presente en cada uno de tus fracasos, en cada una de tus derrotas, de tus situaciones difíciles y retos aún no cumplidos. Porque para los momentos felices, que son compartidos, se apunta cualquiera a vivirlos contigo.
Para el brindis fácil con copa llena, aparecen todos para mezclarse en la fiesta de los interesados del presente y de los inconsolables fantasmas del pasado.
Quiero seguir creciendo a tu lado, aprendiendo de los errores mutuos e individuales, tomando nota de tus cualidades para poner remedio a mis defectos. Te quiero a mi lado recorriendo el mismo camino; el de las piedras y los acantilados, el de la hierba y del canto de pájaros.
Han pasado ya más de veinte años desde la primera vez que vi tu cara y tus ojos de largas pestañas, y ya entonces, aunque no era más que un crío, supe que no había nadie en este mundo que pudiera llegar dentro de mi de esa forma tan clara.
Aunque durante un tiempo nuestros caminos se separaron, hoy sé que no era más que un periodo que dedicamos para explorar y poder compartir más tarde los descubrimientos y atajos. Era sólo cuestión de tiempo el volver a encontrarnos.
Cómo decirte, que no estar a tu lado cada día, sería el peor y más profundo e irreparable fracaso.